El análisis de las cifras de turismo emisivo de enero 2025 confirma una tendencia anticipada desde hace meses: la pérdida de competitividad cambiaria ha impulsado un aumento extraordinario en los viajes de argentinos al exterior. Este fenómeno ha generado el mayor desbalance mensual en 10 años entre el turismo receptivo y el emisivo, con una diferencia superior a 1.200.000 turistas.
Crecimiento del Turismo Emisivo y Caída del Receptivo
En enero de 2025, el turismo emisivo creció un 73% respecto al mismo mes de 2024, mientras que el turismo receptivo se redujo un 20% interanual. Este cambio abrupto en las condiciones de precios relativos ha sido un factor clave en la alteración de la dinámica turística, especialmente en la salida de residentes al exterior.
Durante 2024, el turismo receptivo había experimentado una merma debido a la pérdida de competitividad cambiaria, un factor que se acentuó mes a mes. Sin embargo, esta caída también se explica por la distorsión generada en el período previo, cuando la brecha cambiaria del 150% en noviembre había llevado al tipo de cambio libre a niveles excesivamente altos, favoreciendo la llegada de turistas extranjeros.
Por otro lado, la posibilidad de viajar al exterior se volvió más accesible para los argentinos debido al ajuste en los precios relativos, aunque esto ocurrió en un contexto de contracción del poder adquisitivo interno. La inflación acelerada de fines de 2023 y principios de 2024 había reducido el consumo doméstico, pero la contención inflacionaria observada en la segunda mitad de 2024 permitió una recuperación parcial del ingreso real en ciertos segmentos de la población.
A esto se sumó la apreciación del peso debido a la política de crawling-peg por debajo de la inflación durante todo el año, generando las condiciones para el fuerte repunte del turismo emisivo. Otro factor adicional que facilitó este fenómeno fue la baja del turismo receptivo, lo que liberó capacidad aérea para los viajes al exterior de los residentes.
Medios de Transporte y Destinos
Un dato destacado es que el crecimiento del turismo emisivo se dio principalmente por vía terrestre, con un aumento del 93% interanual, mientras que los viajes al exterior por vía aérea crecieron un 52%. Este incremento de grandes proporciones marca un cambio drástico en la dinámica turística en tan solo un año.
Los destinos más elegidos por los argentinos fueron los países limítrofes, con el 87% del total de viajeros emisivos dirigiéndose a estas naciones. En particular, el flujo de turismo a Chile por vía terrestre creció un 180% respecto a enero de 2024, mientras que los viajes a Brasil por la misma vía aumentaron un 93% interanual.
Comparación Histórica y Perspectivas
El nivel de turismo emisivo en enero de 2025 se acercó a los dos millones de turistas, equiparándose con los registros de enero de 2017 y 2018. En aquellos años, la Argentina también contaba con un tipo de cambio bajo, impulsado por el ingreso de dólares para financiar el déficit fiscal durante la gestión de Cambiemos. Sin embargo, el desbalance actual es aún mayor, ya que el turismo receptivo se encuentra un 14% a 15% por debajo de los niveles de aquellos años.
El impacto de la pandemia en el turismo global también ha sido un factor clave en la evolución de estos flujos. Hasta 2023, el turismo emisivo no había logrado recuperar los niveles previos a la crisis sanitaria, situándose en torno al 79% del nivel de 2019. Durante 2024, esta cifra se elevó al 93%, y finalmente en enero de 2025 alcanzó el 147% del nivel pre pandemia.
Por su parte, el turismo receptivo había logrado en 2023 un nivel similar al de 2019, pero en 2024 cayó al 83% de ese registro y en enero de 2025 descendió al 76%, situándose un 24% por debajo de los niveles pre pandemia.
Las estimaciones preliminares de febrero indican que esta tendencia podría haberse atenuado levemente, pero los patrones siguen siendo explosivos. Durante la primera mitad del mes, las búsquedas de turismo emisivo aumentaron un 48% interanual, mientras que las búsquedas de turismo interno cayeron un 21%, según datos de Google Trends.
Implicancias y desafíos para la Economía
Este fenómeno pone en evidencia un aspecto crítico del equilibrio macroeconómico alcanzado por el gobierno: la pérdida de competitividad en ciertos sectores estratégicos. Si bien este análisis se centra en el turismo, muchas de estas conclusiones son aplicables a otros sectores de bienes transables.
En el caso del turismo, la relación con la competitividad cambiaria es directa. Si Argentina se vuelve cara, los residentes buscarán vacacionar en el exterior, mientras que el país se tornará menos atractivo para los turistas extranjeros.
Para revertir esta pérdida de competitividad sin afectar la estabilidad macroeconómica, resulta fundamental avanzar en reformas que reduzcan el denominado “costo argentino”. Algunas de las medidas clave incluyen:
- Reducción de impuestos distorsivos a nivel nacional y provincial.
- Disminución de la carga impositiva sobre el trabajo, dado que el turismo es una actividad intensiva en mano de obra.
- Evaluación de incentivos fiscales para el turismo interno, siguiendo el ejemplo de países vecinos que aplican reducciones impositivas a servicios turísticos consumidos por extranjeros.
En un contexto donde mantener el equilibrio fiscal es una prioridad, la discusión sobre la reducción de impuestos debería considerar la exposición de ciertos sectores a la competencia internacional. En especial, aquellos que generan empleo y contribuyen significativamente a los flujos de divisas del país.
El turismo es un sector clave en la economía argentina y la tendencia actual refleja la necesidad de políticas que equilibren la ecuación cambiaria sin afectar la recuperación económica. El desafío está en encontrar el punto de ajuste adecuado para sostener el crecimiento sin comprometer la estabilidad alcanzada
Por Marco Cohen Arazi, Responsable de la sección Productiva de Ieral de Fundación Mediterránea