Loza Corral, refugio creativo de Fernando Fader en el corte cordobés

(Patricia Veltri).-A sus 33 años, el pintor Fernando Fader fue diagnosticado de tuberculosis; los médicos estimaron que tendría apenas unos seis meses de vida y que lo mejor sería esperar el final en las sierras de Córdoba por lo beneficioso del clima para las afecciones respiratorias.

Fader había nacido en Francia en 1882, se había formado en Alemania, había inmigrado de joven a la Argentina porque su padre había sido contratado en la construcción de una obra hídrica en Mendoza.

Para 1916, enfermo, había elegido como refugio un paraje rural del norte cordobés, llamado Loza Corral. Los supuestos seis meses de sobrevida se convertirían en los 20 años más productivos de su obra.

A unos 120 de la ciudad de Córdoba, transitando la RN 9 o la E 53 y finalmente la RP 17, se llega a Ischilín. Desde allí, otros 8 kilómetros por un camino de tierra, conduce a Loza Corral.

Allí construyó una casa con ladrillos fabricados por él mismo, con jardines escalonados y acequias, que hicieron de este lugar un vergel aún en tiempos de sequías.

Además, se dedicó a pintar. Solía agarrar su atril y se iba a dibujar en soledad con las sierras como paisajes que lo inspiraban. En ese sitio vivió hasta 1935.

Fernando Fader tuvo tres hijos, Raúl, César y Adelita. Y murió pobre, a los 55 años. Sus amigos pagaron el entierro.

La casa actualmente es museo dependiente a Córdoba Cultura. Se puede visitar de jueves a domingos, con entrada gratuita, desde el mediodía hasta las 17 para recorrer el atelier –donde quedaron sus lápices, tintas y acuarelas, y además hay afiches y catálogos de su obra completa. Se recorre la habitación con sus muebles originales, iluminada por la luz natural que entra por todos los lados– y el resto de la casa que en una pared conserva un fresco del pintor impresionista.

Ischilín, el pueblo museo

A 8 km queda Ischilín, que es una especie de museo a cielo abierto. El pueblo estaba casi abandonado y por la década de 1980, Carlos Fader -nieto de Fernando- empezó a comprar ranchos cerrados y a recuperarlos. También, una casona que convirtió en la hostería y comedor llamada La Rosada. Así, alrededor de una placita con un aljibe y un algarrobo varias veces centenario quedaron para visitar por los turistas, la escuela Fernando Fader, una comisaría, un correo, un juzgado de Paz y el rancho de adobe de Doña Eleuteria.

A poca distancia de la plazoleta, se ubica la iglesia de Nuestra Señora del Rosario de Ischilín: tiene un cartel que dice que Francisco de las Casas y los hermanos López Ayala fundaron el pueblo en 1706.