¿Te ha pasado alguna vez entrar al trastero con las manos llenas y tener que buscar el interruptor a oscuras? O bajar al garaje y desear que la luz se encendiera sola. Pues hoy vamos a resolver ese problema. En este artículo te cuento cómo encender una luz con solo moverte, las opciones que tienes y cuál puede ser la mejor para tu casa. Sin tecnicismos, sin complicaciones y con consejos reales que puedes aplicar.
Desde que empecé a trastear con domótica, uno de los cambios más útiles (y fáciles) que hice fue instalar sensores de movimiento para las luces. Y no, no hace falta ser un experto ni gastar una fortuna. Hay varias formas de conseguirlo, y dependiendo de dónde lo vayas a usar —un pasillo, el baño, el jardín, la entrada— hay sensores que se adaptan mejor que otros. Aquí te explico los más recomendables, lo que hacen bien y en qué deberías fijarte antes de comprar uno.
Sensores infrarrojos: la opción clásica y sencilla
Los sensores infrarrojos son los más comunes. Funcionan detectando el calor que emitimos las personas cuando nos movemos. Cuando entras en una habitación, el sensor detecta el cambio y enciende la luz de forma automática. Así de fácil.
Los puedes encontrar como dispositivos independientes que colocas entre la corriente y la lámpara, o integrados directamente en algunas bombillas o apliques de pared. Y lo mejor: son bastante baratos. Por unos 15 € puedes encontrar modelos bastante decentes. La mayoría permiten configurar cuánto tiempo se queda la luz encendida y cuánta oscuridad hace falta para que salte el encendido.
Hay modelos como el TP-Link Tapo T100 que son muy baratos, pero que necesitan de un Hub ya que utilizan el protocolo ZigBee para la comunicación entre los diferentes dispositivos. Este modelo en concreto, dispone de Matter para tener una gestión local del equipo, por lo que podremos integrarlo en Home Assistant fácilmente.
Si tienes relés Wi-Fi de Shelly con Bluetooth, podrás comprar el Shelly BLU Motion que usa Bluetooth de bajo consumo para comunicarse, y emitir las alertas por movimiento. El fabricante Shelly dispone de una integración nativa perfecta en sistemas de domótica como Alexa, Google Assistant e incluso Home Assistant, perfecto para tener la máxima versatilidad posible.
Eso sí, tienen sus limitaciones: si estás quieto, como leyendo o planchando, el sensor puede no detectarte y apagarse. Por eso es ideal para zonas de paso: pasillos, escaleras, entradas o garajes.
Sensores de ondas milimétricas (mmWave): precisión al detalle
Ahora bien, si quieres algo más avanzado y preciso, lo tuyo son los sensores de ondas milimétricas. Esta tecnología es capaz de detectar incluso pequeños movimientos como la respiración. ¿Lo mejor? Aunque estés sentado sin moverte, el sensor sabe que estás ahí. Estos sensores, como el Aqara FP2, no solo son más sensibles, también son más estéticos, porque no tienen ese «ojo» visible de los infrarrojos. Además, algunos modelos te permiten dividir una habitación en zonas diferentes: puedes hacer que se encienda una luz solo si alguien se mueve en un rincón concreto del salón, por ejemplo.
Otros modelos son el SONOFF SNZB-06P, que es un sensor de presencia mmWave similar al anterior. Este dispositivo necesita de un bridge o puente para poder comunicarse con la red local e Internet. Si tienes el resto de dispositivos de esta marca, es una muy buena opción comprar este equipo porque su funcionamiento es óptimo.
La pega es el precio, que puede superar los 70 €, y que su instalación es un poco más técnica si quieres sacarle todo el partido. Pero si buscas una solución más profesional o quieres integrar tu casa dentro de un sistema más completo, es una inversión que merece la pena.
¿Y si quiero controlarlos con Alexa o Google Home?
Aquí viene el punto interesante: muchos sensores —sobre todo los de gama media y alta— ya vienen preparados para conectarse a asistentes como Alexa, Google Home o incluso a través de Zigbee, que permite una respuesta mucho más rápida que el Wi-Fi.
Eso significa que puedes crear rutinas del tipo: “cuando entres en el pasillo por la noche, enciende la luz suave durante 2 minutos” o “si detectas movimiento en el jardín a partir de las 23 h, enciende la luz y mándame una notificación”. Todo esto, sin tocar interruptores ni abrir apps. Literalmente, magia domótica.
Encender una luz con el movimiento no es solo algo cómodo, también puede ayudarte a ahorrar energía y a mejorar la seguridad de tu casa. Desde sensores baratos que funcionan perfectamente en pasillos o trasteros, hasta soluciones inteligentes que se integran con todo tu sistema domótico. Tú eliges hasta dónde quieres llegar. Lo importante es saber que hoy, con muy poco, puedes hacer que tu casa sea mucho más lista.
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