En medio de un escenario de alta incertidumbre económica, marcado por la tensión cambiaria y la dificultad del gobierno para sostener sus compromisos financieros, Nicolás Alfonso, CEO de Focus Investment Management, advierte que la Argentina enfrenta una encrucijada decisiva. Con reservas limitadas, tasas de interés elevadas e inconsistencias presupuestarias, el país depende de la generación genuina de divisas y de un marco político estable para recuperar la confianza de los inversores.
El dilema cambiario: volatilidad y devaluación controlada
“Va a haber volatilidad en el tipo de cambio, eso sin duda”, anticipó Alfonso, al describir la encrucijada que enfrenta el gobierno: tasas de interés altas, reservas comprometidas y la obligación de sostener una banda cambiaria a fuerza de ventas en el mercado. En este marco, sugirió una devaluación controlada que permita “dar aire al gobierno y a las empresas”.
Según explicó, la suba del dólar genera un efecto de licuación que alivia costos en pesos, aunque reconoció el riesgo de que se traslade a precios. Sin embargo, consideró que el “mercado de pesos está bastante seco”, lo que limita la posibilidad de una inflación equivalente al salto cambiario.
La urgencia de generar dólares genuinos
Alfonso fue categórico: “Argentina no fabrica dólares”. Por eso, insistió en que la única salida sostenible pasa por exportaciones, inversiones extranjeras o financiamiento, aunque este último es inviable a tasas del 16% de TIR.
En ese sentido, destacó la apuesta del gobierno a los RIGI (Régimen de Incentivo a las Grandes Inversiones), pero advirtió que sin seguridad jurídica y continuidad política “los inversores desconfían del largo plazo”. La clave, dijo, es cambiar los incentivos: menos estímulos al turismo y las importaciones, y más foco en la economía real.
Inconsistencias en el presupuesto
Otro de los puntos críticos de su análisis fue el presupuesto nacional. Alfonso cuestionó el discurso presidencial, al que calificó como “a lo almacenero”, por prometer aumentos en educación y salud por encima de la inflación sin detallar cómo se financiarán.
“La contabilidad no te va a dar si gastás más sin crecer, sin subir impuestos o sin bajar gastos significativamente”, sostuvo. Y consideró que el gobierno enfrenta una disyuntiva: déficit financiado con emisión o deuda cara, o un ajuste con muy poco margen.
Política y economía, un vínculo inseparable
Para Alfonso, la falta de consenso político es un obstáculo central: “Llevamos tres años sin ley de presupuesto. Es inviable. Necesitamos un presupuesto consensuado entre oficialismo y oposición, como política de Estado”.
En su visión, la economía no puede desligarse de la política: “La economía es una ciencia blanda, depende de los incentivos y de los castigos que define la política. Sin seguridad jurídica y sin diálogo, no habrá inversiones que permitan estabilizar la macro”.
El análisis traza un panorama desafiante: volatilidad cambiaria persistente, reservas insuficientes y un presupuesto poco realista. La sugerencia de una devaluación controlada aparece como una válvula de escape transitoria, pero la solución de fondo requiere reformas estructurales que promuevan la generación de divisas y, sobre todo, un consenso político que devuelva previsibilidad.