A un paso de los 70 años, Raulito busca expandirse al exterior y fortalecer su presencia en góndolas nacionales

 

A punto de cumplir siete décadas de vida, Raulito se consolida como un caso singular dentro del tejido pyme argentino. Nacida en Córdoba en 1956, esta empresa familiar logró atravesar crisis, cambios de gobiernos y transformaciones económicas sin perder su esencia: un modelo de gestión prudente, una estructura pequeña y un foco inquebrantable en el consumidor.

Raulito nació en 1956, fundada por Egidio Ballari y su concuñado Alfredo Berardi, quienes comenzaron elaborando mermeladas y productos derivados del tomate de noche para evitar el calor y repartiendo sus productos en un triciclo metálico. El nombre de la marca tiene una carga emotiva: fue elegido en honor a Raúl Ballari, hijo de uno de los fundadores, quien falleció joven a causa de ELA.

“Es muy posible que Raulito pudiera estar liderando con nosotros hoy la empresa”, reflexiona Ulloque. Aquel nombre que empezó como un homenaje se transformó, con el tiempo, en sinónimo de calidad y cercanía para varias generaciones de consumidores.

Una pyme que eligió mantenerse pequeña

En tiempos en que el crecimiento suele medirse en cantidad de metros cuadrados o número de empleados, Raulito mantiene deliberadamente una estructura chica: apenas 16 empleados directos. “La empresa siempre apostó a la prudencia. Hemos sabido manejar la ansiedad en la toma de decisiones, y eso fue clave para poder trascender 70 años”, sostiene Ulloque.

Lejos de seguir las estrategias tradicionales de competencia, la compañía privilegia el vínculo con su público: “Siempre hemos estado bastante despegados de la lógica de competencia. No hemos mirado mucho qué hacían nuestros competidores; el foco siempre fue puesto en nuestros consumidores”.

Este modelo de gestión también se apoya en la tercerización estratégica de la distribución y la fuerza comercial, lo que permite a Raulito mantener un alcance nacional sin comprometer su agilidad operativa.

Resistir con diálogo en tiempos de enfriamiento económico

Como buena empresa argentina, Raulito ha aprendido a moverse con prudencia en contextos de incertidumbre. Ulloque describe los últimos dos años como “bastante duros”, en un entorno dominado por la política antiinflacionaria del gobierno: “Técnicamente todos sabemos que este gobierno ha impulsado una fuerte política antiinflacionaria que no tiene que ejecutar ni nada más ni nada menos que el enfriamiento de la economía”.

Ante la retracción de la demanda, la compañía eligió el diálogo como herramienta central. “Hemos hablado mucho, de forma franca y honesta, con proveedores y clientes. La idea es soportar esta corrección y esperar la reactivación”, explica.

Aun en este contexto, Raulito mantiene una fuerte presencia en góndolas de todo el país, acompañando la reconfiguración del supermercadismo y las nuevas dinámicas del consumo.

El futuro de Raulito

El horizonte de la pyme combina celebración y expansión. De cara a 2026, año en que cumplirá 70 años, la firma trabaja en su incursión en el comercio exterior con su línea roja, los productos derivados del tomate.

“Es un segmento que nos permite escalar y mirar hacia afuera”, explica Ulloque. En 2025, la empresa participó en ferias internacionales como Gulfood (Dubai), Anuga (Alemania) y Sial (París), donde presentó su portfolio y comenzó a explorar mercados.

Aun así, el director aclara que no se trata de un salto apresurado: “Estamos esperando que se acomoden algunas variables macroeconómicas, como el tipo de cambio y los costos. La exportación es una carrera de largo aliento”.

Más que un cierre de ciclo, el aniversario número 70 es concebido como una nueva etapa. “Lejos lo queremos ver como un punto de llegada; es un parate en el medio del camino para mirar a los próximos 70 años”, resume Ulloque.