La actividad industrial volvió a mostrar señales de deterioro en octubre, según la IV Encuesta de Indicadores Industriales y Expectativas de la Unión Industrial Argentina (UIA). El relevamiento, que incluyó a 711 compañías de todo el país, arrojó que el Monitor de Desempeño Industrial (MDI) cayó a 43,8 puntos, manteniéndose por debajo del umbral de expansión por decimocuarto relevamiento consecutivo.
“El MDI se ubicó en 43,8 puntos, lo que representó una caída de 5,2 p.p. interanual”, señala el informe al que accedió este medio. La entidad advirtió además que todos los sectores industriales se ubicaron por debajo de 50 puntos, con especial debilidad en Textiles, Metales comunes y Confecciones.
Producción y ventas: retrocesos generalizados
El trabajo remarcó que el 40,3% de las empresas redujo su producción, mientras que apenas 21,3% registró incrementos. La UIA describió un “panorama aún más adverso en la comparación interanual”, con una ampliación de la brecha entre subas y caídas.
En el mercado interno, el deterioro fue mayor: el 47,4% de las firmas reportó bajas en sus ventas, el “tercer porcentaje máximo de la serie”, según destaca el documento. Sólo el 21% declaró aumentos.
Las exportaciones también retrocedieron: el 25,1% reportó caídas mientras que 18,2% mostró subas.
Empleo: crecen los recortes de turnos y las suspensiones
El empleo industrial tampoco logró estabilizarse. En octubre, el 21% de las empresas redujo su dotación de personal, un porcentaje que, si bien disminuyó frente al relevamiento anterior, se mantiene “entre los más elevados de los últimos años”.
Además, el 23,5% aplicó reducción de turnos y el 7,7% implementó suspensiones, medidas cada vez más frecuentes según la UIA: “Cada vez más empresas implementan reducción de turnos laborales y suspensiones ante la baja de producción”, indicó el reporte.
Pagos complicados: récord de empresas con atrasos
El relevamiento alertó sobre un creciente deterioro financiero dentro del entramado industrial. Casi la mitad de las compañías (47,5%) tuvo dificultades para afrontar al menos uno de sus pagos habituales —salarios, proveedores, compromisos financieros, servicios públicos o impuestos—.
Las mayores complicaciones se presentan en el pago de impuestos (29,3%) y en el de proveedores (26,7%). En un dato alarmante, el 8,2% de las empresas manifestó tener atrasos en todos los pagos, el nivel “más alto de la serie”, según remarcó la UIA.
Capacidad instalada e inversión: expectativas que se corren a 2026
La encuesta reveló que la utilización promedio de la capacidad instalada fue del 57,9%, y que el 68,6% de las empresas operó por debajo del nivel considerado óptimo. Además, el 95,2% prevé recién alcanzar su nivel ideal en 2026 o más adelante, lo que refleja el desplazamiento de la recuperación esperada para 2025.
En cuanto a inversión, el informe muestra una caída en la predisposición a destinar recursos a nuevos equipos y procesos. Sólo 48,4% considera que es un buen momento para invertir en bienes de capital, y 39,6% en capital de trabajo, ambos valores por debajo de los últimos relevamientos.
Las Pymes, más golpeadas
El deterioro se profundiza entre las micro y pequeñas empresas. En ese segmento, las caídas superan con mayor amplitud a las subas: el índice de difusión en producción alcanzó -22,5 p.p. y en ventas -31,4 p.p., valores más negativos que en medianas y grandes.
Preocupación central: la caída de la demanda
La contracción del consumo y la demanda industrial es el principal dolor de cabeza del sector. El informe destaca que el 41% de las empresas mencionó la caída de la demanda interna como su principal desafío. De ese total, el 23,9% señaló la caída de la demanda de otras industrias y el 17,1% la de los hogares.
En segundo lugar aparece el aumento de costos (19,3%), donde el costo laboral se posiciona como el factor más determinante (45,4%).
Expectativas: señales de mejora para 2026
Aunque la situación actual muestra retrocesos, la UIA informó un repunte en las expectativas: el 60,4% prevé una mejora en la situación económica de su empresa, frente al 48,6% de la medición anterior; el 57% espera mejoras sectoriales, y el 68,6% anticipa un escenario macro más favorable.
Según el documento, ese optimismo incipiente está vinculado a “un escenario financiero más calmo tras las elecciones y a la baja de tasas”.




































