Elbi Olalla hace un alto en el camino de Altertango para lanzar una mirada introspectiva

Olalla: "Nunca me planteé una especie de carrera solista porque me resulta innecesaria hasta el momento".

Olalla: “Nunca me planteé una especie de carrera solista porque me resulta innecesaria hasta el momento”.

Sin intenciones de inaugurar una carrera en solitario, sino como un ejercicio lúdico que le permitió “procesar cambios personales”, Elbi Olalla, cara visible del grupo Altertango, lanzó “Canciones paulatinas”, un disco que reúne composiciones surgidas de un intercambio epistolar con la artista plástica chilena Paula Domínguez, en donde se anima por primera vez a acompañar con su voz las intimistas melodías propuestas desde su piano.

“Nunca me planteé una especie de carrera solista porque me resulta innecesaria hasta el momento. Y también porque me merece mucho respeto la carrera solista de muchos colegas que tienen un gran trabajo. Este es un disco muy personal que no lo veo como el inicio de otras cosas. El título de `carrera solista´ sentía que me quedaba un poco grande”, aclaró Olalla a Télam.

Las canciones que conforman esta placa tuvieron su origen cuando la pianista mendocina se radicó en 2019 en Barcelona y, como forma de mantener la cercanía con su amiga chilena, cuyo mote artístico es Mentepaulatina, le dejó un cuaderno pentagramado para que realice allí algunos dibujos y se los envíe.

A cambio, la integrante de Altertango se comprometió a escribir una canción alusiva a cada una de las ilustraciones, a medida que fuera recibiendo noticias desde Valparaíso, lugar de residencia de la chilena.

Paragua escocés – Canciones Paulatinas – Elbi Olalla

Impulsada por algunos colegas, Olalla reservó algunas horas en un estudio para registrar en solitario estas composiciones a las que decidió ponerle su propia voz, a pesar de no reconocerse como “una cantante”, lo que da la pauta del destino personal que estas cintas tendrían.

El inesperado interés de Aqua Records por publicar el trabajo sorprendió a la artista, quien aceptó que saliera a la luz, aunque con las planteadas reservas del caso.

En diálogo con esta agencia, Elbi Olalla dio su punto de vista sobre este registro, brindó precisiones de su origen y explicó los motivos por los que considera que “Canciones paulatinas (Instantáneas sobre ilustraciones de Mentepaulatina)” es apenas una suerte de digresión en su trayectoria artística.

Télam: Según tus consideraciones, este disco surge más de una necesidad personal que artística, algo que se refuerza en el hecho de que haya decidido poner su propia voz ¿Costó mucho evadir la sensación de estar sobreexponiéndose?
Elbi Olalla: De hecho, todavía me pasa. Lo mostré porque algunos amigos me convencieron que estaba bueno y pensé que podía sumarle algo a alguien. Desde hace un tiempo vengo sintiendo que la música en general es un vehículo, no un fin. Para mí, el objetivo no es hacer música, sino es tratar de estar más cerca unos de otros. Veo al piano como un medio, no como un lugar para llegar porque, además, es un poco inasible eso. Entonces, lo hice un poco por eso, para ser consecuente con esa idea de expresarse con los elementos que se tengan, más allá del nivel técnico de cada uno o los valores estéticos.

T: ¿Fue en ese contexto que decidiste estrenarte públicamente como cantante?
EO: Cantar fue un desafío. Nunca imaginé darle estas canciones a algún cantante. La voz no es mi instrumento, ni pretendo ser cantante, pero me pareció que la voz que se tenía que escuchar era la mía. Y además me pareció que debía ocupar un lugar muy secundario en esto. Está mezclado con ese concepto el disco. Quería que fuera un piano sonando y alguien canturreando por encima. Tiene ese humor el disco, de hacerlo sin demasiadas pretensiones y, a la vez, como algo personal que puede inspirar a alguien a permitirse jugar con la música. La música es un lugar de libertad, de aire fresco y eso se vio bien en esta pandemia.

T: ¿Hay relación entre el carácter introspectivo del disco y el confinamiento por la pandemia?
EO: Estas canciones las hice antes de la pandemia, pero lo que sí me pasó es que descubrí cómo se pueden habitar espacios con otras reglas. Cuando todo tiene mucho de sinsentido, la música da sentido. Mostrar estas canciones era mostrar que la música te puede unir con una amiga a la que hace años que no ves, te puede ayudar a expresar cosas que te pasan o te agobian, o también puede ser algo divertido. A mí lo que pase con el disco no me importa tanto. Lo lindo fue hacerlo.

T: ¿Cómo dialoga este disco con la propuesta artística de Altertango? ¿Vislumbrás la posibilidad de retomar alguna de estas composiciones en el contexto del grupo?
EO: No creo que se relacionen. No me puse a pensarlo pero tal vez alguien que se ponga a escucharlo de manera analítica pueda encontrar algún paralelismo. Esto es apenas un “mini-stop” en el camino de Altertango. A mí me cuesta la transpolación de voces, pero son prejuicios personales. Por el momento, no lo tengo pensado pero nunca se sabe. Tal vez lo escuchen los muchachos y me dicen de hacer algún tema.