Marcos Carasso: Me sorprendió el personalismo de De Loredo

Marcos Carasso fue consagrado por la Junta Electoral del radicalismo como presidente del Comité Provincia. Su liderazgo surgió de un acuerdo entre Ramón Mestre y Mario Negri, quienes compitieron entre sí en 2019. Sumar, la alianza que lidera Rodrigo de Loredo, impugnó esa resolución y denunció “proscripción”. “El título ya lo tenemos, veremos qué dice Bustos Fierro”, dice refiriéndose a la judicialización de la interna y a la resolución en manos del juez electoral. Lo secundará en la conducción Liliana Ruetsch. Ambos son intendentes en pueblos de la pampa gringa: él, de General Cabrera; ella, de Ticino. Hay una lectura política respecto de la territorialidad representada. 

–¿Cuál es su evaluación del proceso interno?

–Fue un proceso en el que todos sabíamos cuáles eran los requisitos para competir por un cargo importante, como lo es el del principal partido de la oposición. Lamentablemente, (Rodrigo) De Loredo comenzó a denunciar fraude desde el día 1. Pero tenemos la tranquilidad de que un veedor judicial controló todo el proceso que finalizó con la proclamación de la lista de Convergencia. 

–Con el acuerdo entre Ramón Mestre y Mario Negri, ¿comienza no sólo a cicatrizar la herida interna, sino a ordenar el poder dentro del partido?

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–Es lo que pidió la gran mayoría de los dirigentes radicales, que no se olvidan del error de 2019. Casi todos entendemos que hay que dar vuelta la página, apostar a la unidad y poner de pie al partido. De Loredo estuvo siempre en contra de esto. Le ofrecimos que dirigentes notables lo condujeran, personas que garantizaban la unidad y la igualdad interna, para que nadie se sintiera desplazado, incluso sondeamos a dirigentes que lo acompañan, pero no hubo caso. 

–Usted dice que De Loredo siempre estuvo en contra de la unidad. ¿A qué cree que obedece esa actitud? 

–A un personalismo sorprendente para una persona tan joven. Hace 10 años que Rodrigo está con cargos ininterrumpidos en la política. Fue dos veces legislador, presidente de Arsat, candidato a intendente de Ramón Mestre, ahora es concejal; la verdad es que al partido le interesa muy poco, él quiere ser candidato a diputado nacional. Y para dirimir eso están las Paso. Peca de un egocentrismo que lo hace creer que él es el indicado para todos los cargos. Ahora hasta quiere bajar la interna en Capital. Él pudo armar tres departamentos y su espacio los conducirá. La verdad, hizo un daño tremendo al radicalismo con esta campaña, con tanta difamación en la que habló de robo y corrupción. Va a ser muy difícil volver de ese lugar. 

–¿Cuál es la fórmula para restablecer la confianza interna tras acusaciones de fraude o de proscripción, que es lo que sostiene Sumar?

–Vamos a hacer todo el esfuerzo, y hablo como presidente del partido. Queremos que se integren y nos pongamos de pie para liderar un proyecto político con otros partidos y sectores de la sociedad; obviamente no estamos ofreciendo a la sociedad un partido moderno y dinámico con este nivel de debate.  

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–¿Ese “esfuerzo” podría implicar negociar una lista de unidad?

–No, esa posibilidad ya pasó. Pero este partido tiene muchos espacios de conducción. No estamos en condiciones de seguir expulsando gente y de postergar la discusión de la agenda pública.  

–Ante el daño en la política real que hizo la disputa Mestre–Negri, con la pérdida de cientos de cargos ejecutivos y de lugares de representación, ¿este abrazo entre ellos alcanza? 

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–Fue doloroso y con daño concreto. Pero: o damos vuelta la página o no tenemos la seguridad de que este partido dure muchos años más. 

–¿La imposibilidad de armar autoridades en cinco departamentos es una señal de esto que usted señala? 

–Es un dato objetivo de la debilidad. Si no lo revertimos, será difícil retener a los dirigentes. Y hay muchos dirigentes jóvenes que tenemos la oportunidad de cambiar la historia. Mi principal rol es entusiasmar, encender la llama de la militancia radical. No tenemos margen para defraudar a los dirigentes, esa es nuestra única opción, convencerlos de que tiene sentido militar en este partido. Mario y Ramón entendieron la necesidad de caras nuevas que deben expresar su voz; en eso nos va la vida, porque sería una muy mala noticia para Hacemos por Córdoba vernos unidos. 

–Ante esta pelea interna irresuelta en términos políticos con el sector de De Loredo, ¿cómo se resuelve la estrategia electoral?

–No hay margen para ir solos, ese debate está superado. Pero una coalición transformadora no puede abarcar sólo a partidos, debe incluir a sectores sociales, y debe tener un claro diagnóstico de los equipos técnicos. Hace 20 años que criticamos a Schiaretti; lo que tenemos que hacer es convencer a los cordobeses de que con nosotros van a vivir mejor, tenemos que convencer de que con esta generación de dirigentes nos va a ir mejor.

Qué piensa Carasso de 

Mario Negri. Un dirigente de trascendencia nacional, la voz opositora al kirchnerismo. 

Ramón Mestre. Un dirigente que le dio mucho al partido y que entendió que había que dar un paso hacia la renovación.

Rodrigo de Loredo. Tiene que entender que los escalones se suben de a uno y que el partido está por encima de él.

Juan Schiaretti. Tiene aciertos y errores, pero faltan soluciones de fondo para problemáticas reales como la seguridad. 

Martín Llaryora. La Córdoba que él prometió está muy lejos de ser la que uno ve.

Marcos Carasso. Un militante a quien le toca la tarea de ayudar a poner en marcha el radicalismo.

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