Turismo post pandemia: desafíos y propuestas

EABA

El turismo astronómico invita a la observación para lo cual se organizan tours virtuales durante este tiempo de aislamie Foto: gentileza.

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Las jornadas que se desarrollaron de manera remota debido a la actual situación sanitaria, fueron planteadas con un enfoque integral que favorezca la transferencia de conocimientos científico-tecnológicos para fortalecer y desarrollar el Turismo Científico y contó con la presencia de destacados profesionales del ámbito nacional e internacional.

La actividad científica al igual que la turística está sujeta a cambios económicos, sociales, culturales, políticos, demográficos, territoriales, ambientales, y este fue uno de los tópicos tratados por los profesionales referentes de la materia, para comprender, establecer y formular consensos a los fines de crear experiencias para turistas interesados en el turismo científico que pasó de ser, una nueva, a una establecida actividad dentro del mercado.

La idea original de turismo científico nace en 2008, y si bien “los turismos” se pueden clasificar en grandes grupos ya sea por la dimensión espacial del fenómeno, como por ejemplo mar, montaña, litoral, urbano, verde, de naturaleza; por la dimensión ética (turismo sustentable, responsable o solidario); y por otras formas de prácticas sociales (deportivo, de aventura, cultural, de negocios y educativo), existen regiones que por sí solas tienen una variada gama de ecosistemas y zonas silvestres con una fuerte necesidad de estudios científicos.

Esta veta de turismo orientada a la ciencia, ya se estudió en profundidad en Brasil, Estados Unidos y Europa, teniendo como protagonistas a los actores de las ciencias (universidades, ONGs, centros de investigaciones o sociedades como National Geographic).

De todos estos estudios, surgieron las necesidades de alianzas para el fortalecimiento de las investigaciones, la resolución de la complejidad de expediciones a zonas remotas, a los fines de diferenciar destinos nuevos, ya sea haciendo marketing o divulgación científica.

Por otra parte, este tipo de turismo “recepta públicos variados como voluntarios para las ciencias, el medio ambiente además de la valoración cultural, que alcanza a profesores y estudiantes, viajeros buscadores de experiencias y turistas curiosos con ganas de aprender”, sostuvieron los disertantes.

Para que todo esto suceda se debe contar con expertos en logística, conocedores de las demandas, guías, garantizadores de calidad turística y desarrolladores de infraestructura. 

Desafíos post Covid-19

Cuando acabe la pandemia “todo el mundo va a querer salir, entonces debemos pensar cómo se organizarán las agencias de turismo y habrá que poner mayor énfasis en el cuidado y bienestar de los viajeros; compras basadas en la posición de una empresa sobre cuestiones sociales y ambientales, y los sistemas de pago a crédito. El turismo regresará fortalecido en el segundo semestre de este año, acompañado de mucha tecnología en su operación”, comentaron los expertos.

Etapas de desarrollo de una iniciativa

Para llevar adelante una iniciativa de turismo científico, dijeron en las jornadas: “Se debe comenzar con el establecimiento de líneas base con la revisión de literatura científica; la exploración de un espacio desconocido; investigación de campo; incorporación de eco-voluntariado para la difusión de los resultados preliminares, y, por último, la transferencia de conocimientos con guías y conferencistas científicos además de las rutas patrimoniales”, acotaron.

Todo esto tiende a la puesta en valor turístico de sitios científicos lo que demanda la construcción de equipamientos, infraestructuras y establecimientos comerciales y de servicios que “resulten en cambios del uso del suelo”. 


En Córdoba

Laura Luna de la Universidad Provincial de Córdoba (UPC) disertó sobre “La Córdoba universitaria como generadora de oportunidades para el turismo científico” y se refirió a las potencialidades de nuestra provincia situada en el centro geográfico de Argentina. 

Cuando se piensa en estrategias, “hay que pararse sobre lo que tenemos: 14% de estudiantes universitarios del país, una oferta académica enorme e instituciones muy importantes dependientes de las universidades locales. Por lo que el turismo obtiene la posibilidad de trabajar e interactuar con diferentes disciplinas científicas”, sintetizó.

En España 

En la península Ibérica se utiliza mucho la fuente de datos con estadísticas obtenidas a través de las redes sociales, de telefonía móvil, con sensores, estaciones hidrometeorológicas, con drones, a través de sistemas de visión artificial, de entidades bancarias, tarjetas de crédito, etcétera.

Los españoles han colocado 226 sensores ubicados en 29 puntos estratégicos: la Muralla de Ávila, la Catedral, edificios singulares y calles, y lo más interesante resulta del uso de ese tipo de tecnología para la obtención de datos sobre humedades, temperatura, luminosidad o grietas y de esa manera ayudan a la protección de esas construcciones.

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