Ezequiel Neira: la inquietud del defensor que se viene en Instituto

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Ezequiel Neira terminó de leer días atrás Cien años de soledad, de Gabriel García Márquez. Se lo habían recomendado, se interesó, se puso a leerlo y al comienzo medio que los Buendía lo marearon. No se dio por vencido por la obra del Nobel de Literatura y buscó en Google un árbol genealógico de la familia del Coronel y la imprimió. De esa manera logró comprender mejor la historia de Macondo.

Así de perseverante y de buscarle otra vuelta a algo que parece difícil es Neira, el juvenil defensor que llegó a Instituto en marzo de 2017 luego de que en una prueba un año antes había sido rechazado. Ir, ir, una y otra vez… Insistir, indagar, buscar herramientas para revertir lo que aparenta complicado…

“Rocky” es marcador central derecho oriundo de Laborde y vive hace cuatro años en la pensión de La Agustina. Ya entrena con el plantel profesional que conduce Marcelo Vázquez, le hicieron contrato profesional este año, y anhela con que llegue pronto su presentación.

“Yo apunto a vivir del fútbol”, sentencia. Pero no se queda en ese sueño, ya que usa su tiempo libre para estudiar en la Universidad Nacional de Córdoba la carrera de Historia. Tiene unas siete materias rendidas y continúa estudiando para sacar pronto otros finales. “Ahora estoy un poco más tranquilo”, confiesa; y cuenta: “Entrenamos por la mañana y la tarde me queda libre. Entonces aprovecho para estudiar e ir al gimnasio. La virtualidad facilita un poco las cosas.”

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Cuando algún compañero de la pensión debuta, juega o hace un gol se celebra como familia. El logro de uno es el logro de todos”.

En el diálogo con LA NUEVA MAÑANA, Ezequiel Neira charla sobre historia, libros y serie basadas en hechos reales. El defensor por estas horas está interesado en la vida de Marie Curie, la legendaria polaca que revolucionó la ciencia con el estudio de la radiactividad. “Me llamó la atención la vida Marie Curie. Era un momento complicado para ser vistas las mujeres y ahora con este auge del feminismo me fijo más en las historias de las mujeres… Era muy notable ella. La historia se mide en el presente… Hay miles de mujeres que hicieron historia y no son nombradas”, expresa.

Inquieto, porque no se queda solo con lo que lee. Tanto es así que, si termina de leer un libro, busca rápidamente si hay una película o un documental sobre el tema. 

De los personajes históricos argentinos le interesa San Martín y Güemes. Pero no se conforma con los gustos personales. Su búsqueda es constante. Por eso hace poco terminó de ver la aclamada serie de HBO Chernobil y un documental sobre el “Che” Guevara y otro sobre el ex fiscal Alberto Nisman.

– ¿A qué apuntas con estudiar esta carrera?

– Primero, yo apunto a vivir del fútbol. Pero esto es más como un hobby, otra herramienta. No sé si será mi fuente de trabajo, lo pienso como una herramienta para la mente. Y si el fútbol no se da, que sea una opción para más adelante. Y de paso aprendes. Me gusta la carrera y lo bueno es que no lo hago por obligación.

– ¿Qué es lo que más te gusta de la Historia?

– Fui con una idea a la Universidad y cuando ingresé fue otra cosa. Uno cree que es fechas, datos, nombres, y no, es distinto. Te cambia las formas. Me gustaba la historia y cuando entré a la Universidad me gustó más. Me gusta cada vez más. Siempre me fue fácil estudiar Historia, me gustaba. No es que soy un apasionado, me gusta.

Aprender para potenciar

Ezequiel Neira nació el 3 de febrero de 2001. ¡Qué año para la historia argentina! Juega de marcador central, es admirador de Nicolás Otamendi (tiene una camiseta que usó el defensor campeón de América), y también mira mucho, y elogia, a Cristian “Cuti” Romero. “¡Es un animal lo que juega!”, exclama. La charla con este juvenil albirrojo pasa de los libros al fútbol, de los defensores a los próceres… o a Peaky Blinders.

Ágilmente, aprendé cómo funciona tu cerebro para potenciar tu creatividad y vivir mejor, es el libro de Estanislao Bachrach que está leyendo el futbolista cuando este cronista conversa con él. Sí, puede ir de libros de historias, de novelas a textos sobre programación neurolingüística. “La carrera me roba tiempo para leer, pero siempre me hago un espacio para la lectura”, afirma. Le gusta leer, también, a Charles Dickens. Bien amplio. 

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– ¿Te dicen algo tus compañeros sobre tus estudios?

– Todo son acciones, más que palabras. Arranqué en la facultad en el 2019 y era el único que estudiaba algo terciario. Hoy ya hay varios chicos que después del secundario se inscribieron para hacer inglés o Educación Física. Eso me alegra. Y no es un gran esfuerzo, no es que me mato, es una herramienta y se puede. Tampoco es que estudio Medicina. Sí, leo como un boludo jajaja.

– Se nota que te gusta estar informado…

– Sí, sí, me gusta. Además, un historiador no puede escaparle a la realidad.

Experiencia La Agustina

En su Laborde natal jugaba en Olimpo. Le encanta, también, hablar de sus pagos, donde se lleva a cabo el Festival del Malambo y cuentan orgullosos que ahí nació Walter Samuel. “También Gramajo, Cucurucho Santamarina, Pittinari, Coniglio, son del pueblo”, describe.

– ¿Cómo llegaste a Instituto?

– Llegué en marzo de 2017. Pablo Álvarez, en ese entonces era el coordinador de inferiores, anduvo por mi zona, en el sur cordobés, viendo partidos, me vio y me invitó a una prueba. Vine a La Agustina, hice la prueba, quedé, y me quedé a vivir acá, en la pensión.

– ¿Pero puede ser que ya te habías probado en Instituto?

– Sí. Vine a una prueba en el 2016, en enero de 2016, estuve dos días, pero no quedé.

– ¿Fue muy diferente de un año a otro?

– Sí, fue diferente. La primera vez me había sentido bien, no es que había notado diferencias, pero al otro año me fue mejor, fueron mejores las cuestiones externas, estaba más tranquilo, estaba m ás preparado. Ya conocía y tenía menos nervios, menos ansiedad.

– ¿Y seguís en la pensión?

– Todavía estoy, sí, en la pensión. Desde que vine. Al principio me costó, pero después ya lo tomás como tu casa. Y es una linda experiencia todo lo que vivís con tus compañeros. Tenés una independencia distinta, todos estamos en la misma situación, de estar lejos de la familia. Somos todos iguales. Y vivís cosas que en otro lado no vivirías. 

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