Talleres, con combustible hasta donde alcance el tanque

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¿Hasta dónde tiene reservas de energía este plantel de Talleres que estoicamente pelea a dos puntas el campeonato sin resignar su idea, escribiendo más renglones de su extensa y rica historia?

Independientemente del final que tenga esta novela con un albiazul protagonista en la Liga Profesional y en semifinales de Copa Argentina, la campaña debe ser valorada como superavitaria en todo sentido, más allá de que, el sentido común de los hinchas, apuntan a dar el golpe de una buena vez.

No obstante, figurando a escasos metros de la meta con gloria y analizando el punto de largada, la temporada del equipo del “Cacique” Medina continúa en boca de todos por su brillo y pragmatismo mientras persigue al por hoy insuperable River Plate. 

Ya no con tantas fuerzas ni con las mismas vitaminas en cuanto a la ilusión, pero de todas maneras nadie en barrio Jardín quiere perderse el final de la película que mantiene en vilo a propios y a extraños porque este Talleres supo sorprender con un estilo propio, sin resignar el arco de enfrente y que por seis fechas invitó a soñar a todos sus hinchas. 

Ahora, con 21 puntos en juego, a siete de distancia de River, las matemáticas dan un respiro para el anhelo de todos, pero la razón aporta una desconfiada mesura. Y para colmo vuelven a afectar las lesiones en algunos jugadores claves como el caso de Carlos Auzqui, se repite el escenario que el primer semestre, donde un plantel joven y sin tanta experiencia tuvo que dividirse entre el torneo local (copa de la Liga Profesional) y la Sudamericana, demostrando las limitaciones desde lo numérico y lo físico. Cuando el cansancio y el desgaste hicieron mella en el cuerpo de los protagonistas, el sentido fue bajando de precio naturalmente y quedó flotando una sensación de impotencia o, mejor dicho, de que con algunos elementos más pudo dar más pelea.

Las temporadas fueron más que dignas, solo que la vara quedó alta y como fue Colón y no un equipo de los denominados “grandes” quien levantó el trofeo, no faltaron algunas miradas exigentes indicando que bien ese lugar pudo ser para Talleres. Como si fuera tan fácil. Pero si algo sentó el albiazul y viene consolidando el club es el proyecto, las bases organizativas y las estructuras para lograr el objetivo. Parece ser el camino indicado. No obstante, mientras la inversión sea solamente para captar talentos y venderlos al mejor postor en el mercado bursátil de futbolistas, siempre rondará ese aroma de que se pudo hacer algo más. Como si fuera poco. ¿Apuntará Talleres en los próximos años a dar el salto que su historia reclama? Mientras tanto el año no terminó y las esperanzas siguen en danza, a dos partidos de obtener la Copa Argentina, con aspiraciones en el torneo local y con el boleto a medio sellar con destino a la Copa Libertadores. Para nada despreciable, ¿no?.

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