Pasión por el fútbol de la Liga Cordobesa

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“Ser un jugador de Liga Cordobesa es ser un jugador de fútbol. Es ser un futbolista como en cualquier otra categoría, con la diferencia de que no cobras y tenés que laburar todo el día y después ir a entrenar. Entrenamos cuatro veces a la semana, también cinco. Dos horas, dos horas y media. Intentamos… Perdón, intentan. Me cuesta sacarme el jugador de la cabeza. Intentan ser lo más profesional posible. Siempre confío en el jugador. Es cierto que por ahí hay jugadores que no se cuidan el viernes a la noche, pero también como lo hay en el ámbito profesional. En eso no cambia nada. Ser jugador de Liga Cordobesa es remar en dulce de leche como la mayoría de los jugadores del interior, porque esta cuestión del fútbol directa o indirectamente afiliado a AFA es totalmente injusta. Las finales de la Primera C ó D son televisadas por TyC Sports y acá hay chicos que la rompen y muchas veces no son televisados por un canal de alcance nacional. Estoy seguro que la Liga Cordobesa es un semillero tremendo para los clubes de Córdoba. El día que tengan coraje de agarrar pibes que tengan, incluso, 19 o 20 años y permitirles dar un año para que crezcan y hacer solo eso, van a encontrar muchas soluciones en Córdoba que permanentemente están buscando afuera. Ser un jugador de la Liga Cordobesa es ser un laburante, pero también un futbolista; es hacer todo lo que hace un futbolista y además de eso laburar ocho horas para llevar el pan a la casa”.

La declaración le pertenece a Rodrigo Gaitán, que es sinónimo de Liga Cordobesa, ya que jugó en todas sus canchas, la defendió siempre, lucho por este torneo; y, ahora, en su rol de entrenador, en su segundo año logró un título muy esperado y sigue siendo uno de sus principales difusores de este certamen. Pocas personas conocen palmo a palmo el torneo de la Liga.

El “Cata” hizo inferiores en Deportivo Colón y Unión San Vicente. Dejó un tiempo el fútbol, pero regresó a los 22 años. Debutó en la Primera de la Liga Cordobesa con la casaca de Las Flores, donde jugó cinco años. Posteriormente estuvo otros cinco años en Argentino Peñarol, donde ganó dos campeonatos y logró el ascenso al Federal B tras salir campeón en el Torneo del Interior. Luego estuvo un año en General Paz Juniors y se retiró jugando un año y medio en Los Andes. Al retirarse el club le ofreció que dirija la Cuarta división. Estuvo seis meses. Le fue bien. Pero quería más. Y comenzó a tener ganas de tener su experiencia con un plantel de Primera. En el 2019 dirigió a Banfield junto a Matías Follia. En el 2020 Los Andes los buscaron para su plantel principal. Y este año logró ganar el título de la Primera B.

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“Este equio hizo 43 goles, es el equipo más goleador de la Liga, incluyendo a los de Primera”, relata orgulloso Rodrigo.

Por eso es palabra autorizada para hablar de lo que significa ser un jugador de Liga Cordobesa, a veces tan vapuleada, otras ninguneada, otras tan desprotegida por sus propios dirigentes y otras tan revalorizadas por sus jugadores y la familia que fin de semana a fin de semana la defienden a capa y espada con el juego y el aguante bien entendido. Por eso, la definición inicial de este texto expone lo que es ser un jugador de fútbol de Liga Cordobesa, esa que los directivos de los clubes que participan en AFA deberían prestar un poco más de atención y no buscar tanto en otras latitudes solo porque tengan una tonada distinta.

Rodrigo Gaitán es el técnico de Los Andes, club que acaba de lograr un ascenso histórico a la Primera división de la Liga Cordobesa. Un club que tiene un gran acompañamiento de la barriada de José Ignacio Díaz y que movilizó a muchos hinchas durante todo el año. Un club bien de barrio.

Fue una final dificilísima la que debió afrontar Los Andes para esta conquista. Es que CIBI jugó un primer tiempo tremendo en el estadio de General Paz Juniors. Se fueron al entretiempo con un 0-2 abajo.

Por eso, en ese momento los 15 años empezaron a pesar. En un momento Gaitán, que además es Licenciado en Comunicación Social y profesor de Periodismo deportivo en la Universidad Nacional de Córdoba, se dio vuelta para darle una indicación al ayudante de campo y vio muchos rostros familiares. Caras de gente conocida que se agarraban la cabeza con temor de que la pesadilla de que se les escapara el ascenso sea una realidad. Vio pibes, vio gente de 30, de 40 años, vio gente de 60 y más, que estaban del otro lado del alambrado expectantes. Fue un segundo abrumador. Un segundo que le provocó una balacera de emociones.

Entonces cuando dio la charla a sus jugadores les contó que “el quisco que nos sacó de la pobreza a mi mamá y a mi está a tres cuadras de la cancha. Que Santiago Carabajal, que hizo el último penal, tiene un mural enorme en la pared de su casa, que da para afuera de Los Andes. Que Laureano, el hijo del vicepresidente, tenía tres años la última vez que nuestro equipo ascendió, y hoy con 18 años llega a Primera…”.

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Por eso fue tan especial. Porque jugaron por la camiseta, por el barrio, por el club que los acompaña… Y empataron el partido 2-2. Y después por penales coronaron el histórico ascenso.

Entonces, en el diálogo con La Nueva Mañana, el entrenador, que esta semana se hizo un tatuaje celebrando la conquista, relató: “Uno anda por el barrio y ve gente con la camiseta por todos lados. Por eso digo, no va a haber nada, salvo que sea con la camiseta de este club, para quienes somos en el barrio no habrá nada que lo supere. Porque a uno después le puede ir bien, ganar plata en otros lugares, pero darle felicidad a la gente que uno conoce de chico no tiene precio. En el estadio había como 20 amigos míos que salieron corriendo de jugar al futbol el sábado para ir a vernos. Estaban mis dos hermanos, mi hermana, gente que quiero mucho, que nos acompañó. No tiene forma de explicarse. Porque cuando volvíamos a festejar, íbamos a nuestra cancha, volvíamos a nuestro barrio, pasábamos por la plaza o los potreros donde nos empezó a gustar  jugar al fútbol”.

– ¿Qué significa para Los Andes este ascenso?

– Es difícil describirlo con palabras, sobre todo si te criaste en el barrio. Para los que nos hemos criado en el barrio y sabemos lo que el club significa, la cantidad de gente que mueve y las pasiones que genera es todo. No es un dato menor lo de los 15 años sin poder jugar en Primera. Es uno de los clubes más convocantes de Córdoba y sin lugar a dudas esto es histórico. Para el club significa un montón, para la comunidad es un montón, es por orgullo, por el sentido de pertenencia. No fue solo de las cinco mil personas que fueron a la cancha. Hubo gente que no pudo ir a la cancha e igual se sintió representada y salió a la puerta de todas las avenidas cercanas al club a recibirnos con aplausos. Es muy importante y será importante para la estructura del club. Estamos haciendo que la gente del barrio crea en el club.

– ¿Cuáles fueron las virtudes futbolísticas de este equipo?

– La intensidad, el poder de gol, hizo 43 goles, es el equipo as goleador de la Liga, incluyendo a los de Primera. Lo tomo como una virtud futbolística, más allá de que sea psicológico, que siempre salió a ganar en todas las canchas. De hecho, terminamos invicto de visitantes. Otras de las virtudes, es el juego, sin dudas, y la pelota parada. Precisamente el juego y la intensidad no fue lo que más se lució en la final y tuvimos que sacar el valor testicular, el coraje, la rebeldía, porque por momentos Cibi nos superó. En el primer tiempo nos superaron claramente y en el segundo tiempo tomamos algunas decisiones y lo emparejamos. Con coraje y personalidad lo empatamos. Sí, no me gusta que ante tantas personas no hayamos podido mostrar lo que hicimos todo el año, pero hay algo que siempre planteamos y es que somos rebeldes, que cuando no sale lo que queremos hay que buscar lo que sea necesario para ganar el partido. En una final importante tuvimos lo más importante: personalidad y resiliencia. 

– ¿Con qué soñás ahora?

– Esto que es histórico, es el quinto ascenso de Los Andes de la B a la A en más de cien años en la historia. No tiene ningún título en la A. Hoy es utópico pensarlo. El salto de categoría se siente mucho, sobre todo con los equipos de AFA, que no es sólo Talleres, Belgrano, Instituto, Racing. Hay niveles de AFA en Juniors, Las Palmas, Peñarol. Entonces hoy es utópico, pero será asentarnos bien en el primer año y tratar de intentarlo en el segundo. Ver si podemos por primera vez en la historia de Los Andes salir campeones en la A. Y si eso ocurre nos llevaría por primera vez a un torneo de alcance nacional, como el Torneo Regional. Sí, soy un soñador. Hace unos días que pasó lo del ascenso y ya estoy fantaseando con más. Sobre todo, con lo del Regional. Lo del título es más difícil, pero no quita que lo sigamos soñando. Me gustó mucho una frase del Chacho Coudet que dice que uno puede estar en un equipo chico o mediano y tratar de hacer una buena campaña para irse a un equipo grande o puede estar en un equipo chico o mediano y empujar con toda la gente de ese club para convertir a ese equipo en un equipo grande. Y lo que soñamos con el presidente y el plantel y el cuerpo técnico, y seguro los hinchas, es cambiar la historia de este club que tiene convocatoria de grande, pero que aún le falta conseguir estrellas, títulos y conquistas. Los Andes tiene un potencial enorme.


La importancia de Juan Cruz Komar en el logro de Los Andes

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“Rodri es un tipazo. Lo valoro mucho. Viene de tener una vida difícil, y hoy mantiene esa esencia de barrio, de lo popular. Son de esos tipos súper interesantes que son un orgullo tener como amigos”.
 (Komar en declaraciones a Tercer tiempo, por radio Mitre Córdoba)

El capitán de Talleres, Juan Cruz Komar, también fue importante en esta conquista de Los Andes. Acompañó toda la temporada al plantel y al cuerpo técnico y por estas horas está organizando el asado del festejo del campeonato.

A propósito, Gaitán, contó: “Con Juan nos conocimos en una charla que nos invitó Mariano Saravia por el Día de la Memoria. Era sobre fútbol y política y toda la vinculación con el Mundial. Cuando terminó quedamos en comer un asado, de esos que nunca se comen, pero este si se comió. Y nos hicimos muy amigos. Empezamos a trabajar juntos socialmente en un montón de barrios y el vínculo era muy pegado a los intereses sociales que tenemos, lo social, los barrios, el fútbol, que el fútbol sea más justo, más distributivo, y ya nos hicimos amigos. Él fue prácticamente parte del cuerpo técnico. Estuvo en 10-12 de los 19 partidos. Las veces que no estuvo fue porque le tocaba jugar o estaba concentrado. De hecho, se quiso morir porque no pudo estar ante Cibi. Le tocó jugar viernes, pensábamos que iba a estar, pero le avisaron que a esa hora tenía que entrenar. Pidió permiso para poder verlo por celular mientras hacía hielo. Después si fue a los festejos a José Ignacio Díaz. Y también tiene que pagar un premio, que es el asado y la bebida para todo el plantel. Los jugadores se lo están reclamando. Ha tenido charlas con los jugadores, concentró con nosotros ante Villa Azalis. Juan ha sido parte de este logro, y es uno de las personas más estrechas que me sostuvo para conseguir lo que conseguimos”.

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