¡Socorro! ¡Llegó diciembre!

Telam SE

¡Socorro! ¡Llegó diciembre!

Llegó diciembre. Y pareciera ser que el mero hecho de ver en el calendario “diciembre” ya pone nerviosa a la gente. No hay otro mes del año en el que las personas anden más nerviosas que un antivacunas con resfrío y falta de gusto después de tomarse un termo de café con dióxido de cloro.

Es entendible: es fin de año, todos llegamos cansados, vienen las fiestas, los regalos, los precios, la familia, el calor, los precios, las compras, los precios, el tráfico, los precios, el calor, los precios, los precios, los precios…

Incluso los que no celebran la Navidad están nerviosos: ateos, judíos, musulmanes, agnósticos, terraplanistas… todos están nerviosos tratando de venderle cosas a los que sí celebran la Navidad.

Y hay un lugar donde se manifiesta el nerviosismo diciembrístico de manera más notoria: el supermercado. No importa el tamaño: puede ser un híper, un chino, un mini mercado o un mantero que vende paltas en ofertas, la gente se altera fácil y se comporta como si el otro no existiera (que en realidad es como se comporta siempre, con la diferencia de que en diciembre uno también está más sensible y, lógicamente, nerrrrrrrrvioso).

Por eso deberían existir leyes que no tenemos para poder sobrevivir al fin de año. Y ahora que hay etiquetado frontal, por ejemplo, que un tipo que no respeta una fila o que se lleva a la gente por delante, también sea etiquetado frontalmente: Alto contenido en prepotencia.

Y que se cumplan las siguientes leyes:

1) El cliente que utilizare un chango para su compra debe respetar el sentido de circulación por la mano derecha de la góndola, y no solo eso: en caso de que dejara abandonado el chango en el medio del pasillo, el chango se lo llevará la grúa y tendrá que ir a buscarlo a una playa de infractores en Loma Delor, pagar 14.500 pesos de acarreo y luego, recién luego, puede ponerse en la cola para pagar lo que llevó. ¡Amén!

2) Queda terminantemente prohibido el desplazamiento de familias “en patota” por los pasillos del súper, del shopping o las veredas. Si el grupo está compuesto por dos o más niñes correteantes, se condenará al grupo familiar a realizar cursos de rehabilitación en un centro especializado en la enseñanza de lo que se conoce como “Fila India”. ¡Amén!

3) Queda terminante prohibido para parejas, grupos familiares o cualquier otro tipo de asociación ilícita, ocupar lugares en dos o más colas de caja distintas, para ver cuál llega más rápido. En caso de detectarse este comportamiento impropio, los susodichos solo podrán abandonar el supermercado luego de esperar 26 turnos el día 23 de diciembre en la caja para envíos a domicilio con prioridad para embarazadas. ¡Amén!

4) Si cuando llegaste a la caja te olvidaste de pesar las frutillas, no podés llevar frutillas. Dejalas. Así de fácil. Andá a compralas a una verdulería y no nos haga esperarte. Estamos todos muy nerrrrrviosossssss, ¿entendés o no entendés????!! ¡Amén!

5) Tenés que estar preparado para pagar. No esperar a que te digan cuánto es y recién allí sacar un medio de pago. Si así no lo hiciereis, 20% de recargo en toda la compra. En caso de pagar en efectivo proveniente de un diminuto monedero en el que tenés todos los billetes doblados en 35 y te lleva 35 minutos volverlos a su tamaño original, 35% de recargo. Si al momento de pagar empezás a dudar sobre qué medio de pago  utilizar o preguntás qué tipo de promociones hay, podrás ser lapidado con todas las porquerías que venden junto a la caja, desde chocolatines a linternas. Para que aprendas. ¡Amén!

6) Si al momento de tener que abonar la máquina registradora  se queda sin rollo y vos tenés que esperar a que el empleado encuentre el rollo nuevo, abra la maquinita, lo cambie, emboque el papel y ponga de nuevo a andar el sistema, 50% de descuento en toda tu compra. Si no tiene rollo y tiene que apretar el botón para llamar a la supervisora, no solo te podés llevar los productos gratis. También te podés llevar el chango, 20 bolsas de regalo y la caja registradora. ¡Amén!

7) En caso que haya una promoción inexacta o tramposa, vale la palabra del cliente. Es decir: si había 70% de descuento en la segunda unidad de aceite y vos no llevaste el que correspondía porque no decía que era solo “ese aceite”, la oferta te la armás vos y te llevás dos Lcd, por el precio de dos botellas de aceite. ¡Amén!

Espero que ustedes apoyen la sanción urgente de estas leyes. Si así no lo hicieren, que les toque en la fila del súper alguien que pague 6535 pesos con monedas. Y que le falten monedas. Y que se le caigan al piso y las tengan que contar de nuevo y que se les descongelen los helados mientras esperan. Y que te salga ácido el vitel toné y que la sidra no tenga gas. Y que te toque sentarte al lado de tu cuñado libertario. Y que Papá Noel les traiga un portarretratos. Y que lo tengas que ir a cambiar porque vino roto. Y que tengas que hacer cola. Y que tarden. Mucho. ¡Amén!

Que sea ley. Notifíquese, publíquese y podcasteese. ¡¡Y no me pongan nerrrviosooooo que es diciembreeee!! ¡¿Qué amén ni ocho cuartos?!