Las Pelotas y Kapanga se apropiaron del cierre del Rock en Baradero

Foto Eliana Obregn
(Foto Eliana Obregón)

Animadores infalibles de los festivales nacionales, Las Pelotas y Kapanga descollaron una vez más desde los escenarios de Rock en Baradero, que aglutinó a miles de personas detrás de las distintas vertientes y estilos que fueron animando la segunda y última jornada en el Anfiteatro Municipal.

La grilla, que dejó algunos contrastes interesantes, marcó el pulso tranquilo desde temprano, con el flow relajado y el ritmo funky de El Kuelgue y el rhythm & blues envolvente y el downtempo de Nafta, una de las grandes revelaciones del encuentro musical bonaerense.

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El indie rock, que tuvo su primera incursión en el escenario con Bestia Bebé, se hizo presente además con su máximo referente, El Mató a Un Policía Motorizado, que con psicodelia y arrebato punk desplegó canciones como “Más o menos bien” y “El Tesoro”, fácilmente detectables para el oído variopinto de la audiencia.

Algunos sintonizaron más con el glam rock y el revival de Airbag, que hizo gala del histrionismo y la ejecución certera para aportar las primeras distorsiones moderadas y los estribillos melódicos y sentimentales de un repertorio al que no le faltaron algunos de sus hits como “Si Te Vas”, “Perdidos” y “Sólo Aquí”.

Subido a la ola de los homenajes, entregó en directo una versión de “La Balada del Diablo y La Muerte” de La Renga que grabó por el aniversario de “Despedazado por Mil Partes”, para después entrar en la recta final con algunos pasajes instrumentales del himno nacional y “un aguante Malvinas” que bajó el guitarrista y cantante Patricio Sardelli.

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Eruca Sativa, el grupo liderado por Lula Bertoldi, optó por “Sorojchi”, “El Balcón” y “Por Quienes Vendrán” para la tríada inicial, y cerró con “Día Mil”, “Armas Gemelas” y “Magoo”, trazando un recorrido sonoro desde el hard rock hasta el groove ideal para la discoteca.

Después de su reciente paso por el Cosquín Rock, los uruguayos de La Vela Puerca ratificaron otra vez su idilio con el público argentino, encendido con algunas de sus grandes canciones como “Va a Escampar”, “Zafar” y “Llenos de Magia” que corearon de principio a fin.

Mientras las primeras gotas ponían en vilo la tranquilidad de los organizadores, Las Pelotas asomaba por el escenario con “Qué podés dar”, “Al Final que somos”, “Pará con la papa”, “Saben” y “Ya no estás” para redondear un primer bloque rockero y rabioso.

“No nos paró el Covid, tampoco nos va a parar esta fuckin’ lluvia”, sostuvo su líder Germán Daffunchio, quien en la segunda parte, apagó la distorsión en “Personalmente”, “Si Supieras” y “Será” para volver a encenderla en “Dando Vueltas” y “Esperando el Milagro”.

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“Bombachitas Rosas” y “Capitán América” decretaban el final de Las Pelotas, con Daffunchio celebrando la inminente llegada de “los amigos de Kapanga”, demorada por el cima rave y su encuentro con el rock que orquestaron los chicos de Peces Raros desde el otro escenario.

Con el Mono y Maikel evocando los “pasos prohibidos” y un festín que se armó de entrada con “Fumar”, “La Crudita”, “En el camino” y “El Universal”, donde resonó más fuerte que nunca el “estaba todo tan mal pero volvió la alegría” para resumir el espíritu que triunfó en la Provincia de Buenos Aires con la vuelta de uno de sus más renombrados festivales.

Después del popurrí que enganchó “Está Saliendo el Sol” y “De la Guitarra” de Intoxicados con la burla sin malicia contra el fenómeno L-Gante, el “Mono” propuso un “pogo solo de damas” en “La Taberna” antes de la tanda final y explosiva que provocó “Me Mata” y “El Mono Relojero” y despedir la segunda y última jornada del Festival con el cover ricotero “Todo Un Palo”.

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Con cuarenta bandas y solistas distribuidos en tres escenarios, el Festival coronó anoche su regreso definitivo después de dos años de parate forzado por la pandemia, con una grilla “amplia, diversa e inclusiva” que abarcó en su oferta al reggae, el metal, el rock & roll y la música urbana durante doce horas diarias de música en vivo.

A metros del Río Paraná, el predio al aire libre del Anfiteatro Municipal sirvió como centro de operaciones para otras actividades culturales y recreativas, con el desfile de una compañía de circo local que tiño de color y movimiento el lugar con zancos y malabaristas, murales en vivo y otras actividades sociales y solidarias a cargo de La Garganta Poderosa y la ONG Todos Hacemos Música.

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