Si la Argentina fuera una empresa en problemas ¿puede andar esta vez?

Desde la consultora Zorraquin + Meneses aplicaron la lógica que debería usar una empresa en problemas para analizar las salidas del país. Aquí, un resumen de sus análisis sobre la coyuntura política y económica:

A partir de la renuncia del ministro de economía Guzmán, el presidente Fernández parece haber percibido que la crisis que se venía podía provocarle un daño enorme a él y a su gobierno. Y luego de varias idas y venidas decide, junto con la vicepresidenta, que para arreglar el descalabro de la macroeconomía lo ideal es contratar…a un abogado. Que además es político. Así asumió Massa y tomó el control de tres ministerios.

Con sus anuncios apuntó a derribar varios mitos del relato gubernamental de un plumazo, tales como: que el déficit fiscal es malo y no bueno, que la emisión ahora genera inflación, que los subsidios son impagables y que se puede hacer un “tarifazo” en un gobierno peronista, que tomar deuda en dólares ahora no está mal y que la deuda en pesos al final es tan complicada como la deuda en dólares y hay que pagarla.

La desesperación obliga a cambiar el relato por un tiempo. Y ahora se pinta a los “enemigos” como amigos necesarios (el campo, los acreedores, los bancos, los empresarios, el FMI, el BID, etc.).

¿PUEDE ANDAR ESTA VEZ?

A partir de lo enunciado surge la pregunta de si estos cambios pueden funcionar y poner a la Argentina en una senda genuina de crecimiento, con racionalidad económica y fiscal. Creemos que no, lamentablemente, si aplicamos la lógica que se aplica en las empresas cuando se quiere hacer un cambio de fondo en medio de problemas financieros o de discusión entre socios. Se necesitan al menos tres elementos para conducir un proceso de cambio y tener éxito:

  1. Tener un liderazgo confiable
  2. Tener un plan integral
  3. Tener ejecutores capacitados para llevar adelante el plan

A nuestro juicio, ninguno de estos tres elementos está presente en este nuevo experimento del gobierno. Ni de cerca. En el mejor de los casos puede haber un cierto ordenamiento de las cuentas fiscales en el corto plazo y un tibio recupero de reservas del Banco Central. Lo que algunos denominan el “Plan Llegar a 2023”. Pero a costa de esconder bajo la alfombra los problemas de fondo. Una vez más.