Política a Punto: Diputados quieren que gobernadores defiendan en público la inclusión del Impuesto a las Ganancias

 

Por Eduardo Bocco. El gobierno nacional vuelve a tener otra negociación clave en el Congreso para sacar primero dictamen favorable a la ley Bases sancionada en la Cámara de Senadores y posteriormente votarla en el recinto de la Cámara de Diputados. Hoy el oficialismo apura los tiempos para que la discusión en el plenario sea el 27 de junio, pero no hay nada definido. Hay que ver cuánto demoran las comisiones para sacar el despacho.

Un buen número de legisladores dialoguistas, dispuestos a acompañar el proyecto oficial, ponen algunos condicionamientos para votar y realizar cambios a la ley como vino del Senado, especialmente en lo que hace al paquete fiscal.

A pedido del presidente Javier Milei, apuestan a legislar sobre el incómodo Impuesto a las Ganancias, aunque siempre con un piso alto: 1,8 millón de pesos.  Esa inclusión resulta sustancial y de alguna manera entusiasma a los gobernadores, aunque no lo digan y miren para otro lado cada vez que se habla del tema. Es que se trata de un gravamen coparticipable que implica un monto significativo para cada una de las provincias.

Pero muchos de los legisladores dialoguistas desaceleran y exigen un compromiso público de los gobernadores apoyando este cambio, o esta vuelta al proyecto original. “Que den la cara ellos (los mandatarios provinciales) sino quedamos nosotros siempre expuestos y aparecemos como los malos de la película”, manifestó un dirigente cercano al bloque que comanda Miguel Ángel Pichetto.

Se vienen días de largas negociaciones entre los legisladores dispuestos a darle la herramienta al gobierno y los funcionarios de Milei, capitaneados por el jefe de Gabinete, Guillermo Francos.

Los diputados quieren hacer todo “muy prolijo” según voceros del cuerpo y consideran que fue “apresurada” la reunión que mantuvieron legisladores de la cámara baja con Francos y otros miembros de la administración nacional.

Es que nadie se quiere quemar con leche y los parlamentarios quieren evitar los escándalos y la grosera actitud de la legisladora patagónica Lucila Crexell, quien curiosamente fue propuesta para ocupar la embajada argentina en la Unesco días antes de cambiar su voto de negativo a positivo. Un espanto que ni el gobierno ni la senadora pueden explicar.

Es casi lo mismo que lo que pasó durante la famosa “Banelco” con la cual el gobierno de Fernando de la Rúa habría supuestamente sobornado a un grupo de legisladores para que votaran la reforma laboral. Eso fue un escándalo.

El de Crexell también es un hecho bochornoso pero los medios y la opinión pública insólitamente lo dejaron pasar y lo consideraron casi una anécdota en el marco de estas discusiones. “Todo pasa”, como estaba escrito en el sello del anillo del fallecido ex presidente de AFA, Julio Grondona, amigo de componendas y negociaciones claras y de las otras.