A medida que Argentina avanza a un 2025 de alta incertidumbre económica, el gobierno se enfrenta a una encrucijada compleja respecto al cepo cambiario. Si bien el control sobre el tipo de cambio ha sido una herramienta central para estabilizar la economía en medio de presiones externas y fiscales, el costo acumulado de mantenerlo en el tiempo plantea una serie de interrogantes. Jorge Vasconcelos, economista e investigador jefe de Ieral, ofrece una evaluación detallada sobre los desafíos que presenta el cepo y las posibles estrategias de salida.
Para Vasconcelos, las alternativas pueden dividirse en dos grandes opciones: extender el cepo de forma controlada o adoptar una apertura gradual del mercado cambiario. Ambas presentan riesgos y beneficios específicos, y en su opinión, requieren de un análisis profundo para evitar consecuencias no deseadas, como una pérdida abrupta de reservas o una espiral inflacionaria descontrolada.
Extensión del Cepo: Riesgos y Beneficios
La decisión de extender el cepo durante 2025 implica un delicado equilibrio entre estabilizar las variables macroeconómicas y el creciente costo de oportunidad en términos de inversión y crecimiento. Según Vasconcelos, el mantenimiento del cepo podría ofrecerle al gobierno una ventana de tiempo para consolidar reservas y reducir el déficit fiscal, evitando una mayor presión sobre el dólar oficial. Sin embargo, advierte que esta medida también profundiza la brecha cambiaria y aumenta el riesgo de un mercado paralelo más fuerte, donde las empresas y los individuos recurren al dólar informal para proteger sus ahorros.
Desde el punto de vista del economista, prolongar el cepo no puede ser una estrategia permanente. “El riesgo de una fuga de capitales es real, y, aunque se obtenga un alivio momentáneo, las restricciones generan desconfianza en el mercado e inhiben la inversión extranjera”, explica Vasconcelos. Para él, el cepo debe ser una herramienta de emergencia, no una política de largo plazo, pues su sostenimiento indefinido puede derivar en una mayor inflación y escasez de dólares para sectores productivos claves.
Apertura Gradual del Mercado: La Alternativa Compleja
Por otro lado, Vasconcelos sugiere que una apertura gradual del cepo podría ser una alternativa viable, siempre y cuando se implemente con un calendario claro y condiciones definidas. Este camino podría permitir una integración paulatina de la economía argentina en el mercado internacional y reduciría las tensiones sobre el dólar paralelo, al tiempo que generaría mayor previsibilidad para los actores económicos. Sin embargo, subraya que esta alternativa también presenta desafíos: una apertura desorganizada y sin el respaldo adecuado de reservas podría ser contraproducente, incrementando las presiones inflacionarias y provocando una fuga de capitales masiva.
Para que la estrategia de apertura sea efectiva, Vasconcelos indica que sería necesario contar con un plan de financiamiento externo sólido que soporte el flujo de capitales y que otorgue respaldo al Banco Central en caso de choques externos. También destaca la importancia de reducir el déficit fiscal de manera estructural para evitar que el financiamiento monetario se convierta en la vía de ajuste, lo cual intensificaría la depreciación del peso.
Propuestas y Consideraciones para una Salida Ordenada
En su análisis, Vasconcelos propone una estrategia de salida escalonada que incluya medidas de transparencia, incentivos para el ingreso de divisas y un marco normativo que brinde seguridad a los inversores extranjeros. Considera que una coordinación con organismos internacionales como el FMI podría facilitar este proceso, garantizando un respaldo económico y evitando que el peso argentino se deprecie abruptamente. Además, Vasconcelos sugiere proteger sectores estratégicos y permitir un mayor acceso al dólar oficial para empresas exportadoras, con el fin de fomentar la productividad y el crecimiento económico.
Para el economista, el éxito de cualquier estrategia dependerá en gran medida de la confianza que el gobierno sea capaz de generar en los próximos meses. La clave radica en un enfoque gradual y en la implementación de reformas estructurales que brinden estabilidad a largo plazo. «No se trata de abrir el mercado cambiario de un día para otro, sino de construir un camino ordenado y previsible, que permita a la economía adaptarse sin crear shocks bruscos”, enfatiza Vasconcelos.
El futuro del cepo cambiario en Argentina no solo depende de las decisiones políticas, sino también del contexto económico global y de la capacidad del gobierno para gestionar de forma efectiva las reservas, la deuda y el déficit fiscal. Jorge Vasconcelos advierte que la salida del cepo debe ser un proceso planificado y ajustado a las condiciones internas, y llama a considerar tanto los riesgos inmediatos como las oportunidades de largo plazo. En última instancia, la decisión sobre el cepo definirá en gran medida el rumbo de la economía argentina y su integración en el mercado internacional.




































