Menos unicornios, más camellos: el nuevo ADN de las startups argentinas

 

 

El ecosistema emprendedor argentino vive un momento bisagra. Aunque todavía no alcanza una madurez plena, muestra un dinamismo que despierta interés tanto en inversores locales como internacionales. Según datos de ARCAP (Asociación Argentina de Capital Privado, Emprendedor y Semilla), durante el último año se registraron más de 60 transacciones de inversión en startups de origen argentino, por un valor total de US$ 412 millones.

«Argentina sigue siendo un mercado atractivo gracias al talento y la resiliencia de sus emprendedores», resume Fernando Páez Solchaga, director ejecutivo de ARCAP. A pesar del complejo escenario macroeconómico y la necesidad de mayor profesionalización, el país se mantiene en el radar regional e internacional.

El sector fintech lidera el ranking en volumen de inversión, mientras que la biotecnología, por su parte, se destaca en cantidad de rondas cerradas. Además, verticales como SaaS, EdTech y AgTech también muestran una evolución sostenida.

«Lo interesante es que los emprendedores argentinos no solo desarrollan soluciones para el mercado local, sino que rápidamente las escalan a Brasil, Colombia o México», destaca Páez Solchaga.

Perfiles diversos y espíritu de reinvención. El ecosistema local se nutre de perfiles diversos. Por un lado, están los emprendedores con pasado corporativo que deciden apostar por sus propias ideas. Por otro, aquellos que arrancan desde muy jóvenes y encarnan una alta resiliencia, aún después de tropiezos iniciales.

«Los emprendedores son el motor de cambio en distintas industrias y compañías», enfatiza el directivo de ARCAP. La articulación con grandes corporaciones, a través de programas de innovación abierta, resulta clave para acelerar proyectos y acercar capital inteligente.

De los «unicornios» a los «camellos». Una de las transformaciones recientes más relevantes es el cambio de paradigma en la forma de emprender y levantar capital. «Hoy ya no alcanza con un PowerPoint y un buzo Patagonia para conseguir inversión», señala Páez Solchaga, aludiendo a la antigua facilidad para captar fondos en las primeras etapas.

Actualmente, el foco está en el «path to profitability» (camino a la rentabilidad). Las startups deben ser más austeras y eficientes, priorizando la sustentabilidad sobre el crecimiento desmedido. Este enfoque da lugar al concepto de «camel startups», compañías que logran adaptarse a contextos adversos y sobrevivir con recursos limitados.

Macroeconomía: cautela y oportunidad Aunque la volatilidad macroeconómica sigue siendo un desafío, se percibe un «optimismo cauto» en el ambiente. La reciente realización del Foro Argentino de Inversiones, que no se celebraba desde 2019, y la aprobación de la Ley Bases (incluyendo el RIG), son vistas como señales positivas.

«La liberación parcial del cepo es otro paso importante, porque los capitales extranjeros necesitan certezas para entrar y, sobre todo, para salir», explica Páez Solchaga.

En este contexto, surgen oportunidades en sectores estratégicos como energía, minería, gas y agro, con potencial para que nuevas startups desarrollen soluciones innovadoras y generen impacto.

IA y smart money: tendencias que marcan el futuro La inteligencia artificial se consolida como la gran tendencia global y Argentina tiene un terreno fértil para desarrollarla, gracias a su capital humano. Sin embargo, el desafío sigue siendo pasar de la simple integración de APIs a soluciones de IA más profundas y transformadoras.

Al mismo tiempo, se valora cada vez más el «smart money»: inversores que no solo aportan capital, sino también acompañamiento estratégico y conexiones clave para escalar los negocios.

¿Regreso de talentos? Un dato alentador es el cambio en la tendencia migratoria. Tras años de fuga de talento, ahora muchos argentinos consideran regresar. «Hoy tenemos gente que vuelve con ganas de emprender desde acá y exportar sus soluciones», destaca el director ejecutivo de ARCAP.

El ecosistema emprendedor argentino enfrenta un momento decisivo. Con reglas claras y seguridad jurídica, podría capitalizar su talento y convertirse en un hub regional de innovación. «El talento argentino es muy valorado, y hay un gran interés por verlo crecer», concluye Páez Solchaga.

El desafío está planteado: transformar el potencial en resultados concretos, con startups más profesionales, resilientes y listas para competir en el mundo.