El real estate argentino se encuentra frente a un nuevo paradigma. Tras años dominados por la inflación y la incertidumbre cambiaria, el contexto económico comienza a mostrar signos de estabilización. Pero la calma macro no garantiza rentabilidad: los márgenes están más ajustados, los precios no acompañan los aumentos de costos y el crédito hipotecario sigue sin ser una herramienta viable. En este escenario, las desarrollistas deben reinventarse.
Gonzalo Parga, director de Grupo Edisur, lo resume con claridad: “Ya tocamos fondo. Ahora el desafío es convivir con una economía más ordenada pero también más exigente”.
Para Edisur, la clave está en revisar el modelo de negocios y avanzar hacia una gestión más eficiente. “Estamos en una etapa en la que la inflación ya no tapa las ineficiencias. Por eso hacemos una fuerte introspección sobre cómo operamos y buscamos optimizar la estructura al máximo”, afirma Parga.
Esta reingeniería interna se acompaña de una apuesta por la innovación y la diferenciación. “El modelo tradicional está en crisis. Hoy hay que ofrecer productos distintos y adaptarse a lo que viene”, agrega.
Crédito hipotecario: la gran deuda pendiente
Aunque el entorno económico mejora, el verdadero impulso para el sector solo llegará con el regreso del crédito. “Tiene que ser el motor de la reactivación. Sin crédito, el crecimiento es limitado”, sentencia Parga. El dato regional es elocuente: en Argentina, el crédito hipotecario representa menos del 1% del PBI, frente al 30% en Chile, 10% en Brasil y 6% en Uruguay.
En ese sentido, Edisur se está preparando: “Estamos trabajando sobre tierras y proyectos para tener todo listo cuando el crédito vuelva. La planificación es clave”.
Manantiales, el laboratorio de la transformación
El proyecto insignia de Edisur, Manantiales, es el principal foco de inversión y experimentación. La empresa ya comenzó a diversificar el uso de su reserva de tierras, pensando en desarrollos más allá de lo residencial: “Estamos explorando nuevos negocios como oficinas o usos comerciales. Detectamos una demanda insatisfecha que puede dar lugar a un nuevo eje de crecimiento”, sostiene.
Industrialización, sustentabilidad y nuevos mercados
Otro de los pilares de la estrategia de Edisur es la construcción industrializada. Con las unidades Steelplex (estructura en steel frame) y Citec (viviendas modulares), la firma ya opera con procesos que permiten mayor eficiencia, rapidez y escalabilidad.
“Creemos que la construcción tradicional no va a poder responder sola a una eventual demanda si vuelve el crédito. Por eso apostamos por la industrialización, que también nos permitió llegar a nuevas regiones, como Añelo o pequeñas localidades donde construimos aulas para la provincia”, explica Parga.
En paralelo, la empresa mantiene su compromiso con la sustentabilidad. Desde hace ocho años, Edisur certifica sus proyectos bajo normas LEED y EDGE, aunque el mercado aún no reconozca un valor extra por esas iniciativas. “Es una inversión a largo plazo. Creemos que pronto será un estándar y no un diferencial”, comenta.