Qué piensan y qué proyectan los CEOs de las principales automotrices argentinas

En el marco del Foro Internacional Automotriz que se desarrolló en Córdoba, los líderes de la industria automotriz argentina coincidieron en algo más que diagnósticos: la urgencia en la toma de decisiones. Martín Zuppi (Stellantis y ADEFA), Pablo Sibilla (Renault), Ricardo Cardozo (Iveco), Marcellus Puig (Volkswagen) y Daniel Herrero (Prestige Auto) compartieron en un panel sobre el futuro de la movilidad un análisis profundo sobre el presente y el porvenir del sector automotriz. Todos coincidieron en que la Argentina atraviesa un “momento de cambio importante”, en una industria que ya lleva más de 70 años de historia, pero que necesita proyectarse hacia las próximas décadas.

No podemos quedarnos atrás: si no acompañamos el cambio tecnológico, especialmente frente a China, vamos a perder protagonismo”, advirtió Zuppi, quien también preside la Asociación de Fábricas de Automotores (ADEFA).

El sector automotor mundial está en plena transformación. El avance hacia la electrificación, la conectividad, la automatización y nuevos modelos de negocio están redefiniendo no solo el producto, sino todo el ecosistema industrial. Argentina, como uno de los 30 países que producen más de medio millón de vehículos al año, debe decidir si se suma a esta ola o queda rezagada.

Zuppi destacó la necesidad de inversión, infraestructura, adaptación tecnológica y previsibilidad macroeconómica. “El ecosistema automotor está cambiando en todo el mundo. Si no nos enganchamos, nos vamos a quedar afuera”, remarcó.

Competitividad: el gran objetivo compartido

La competitividad fue el concepto que más se repitió. Desde diferentes perspectivas, todos los oradores coincidieron en que lograr una industria competitiva requiere esfuerzos coordinados y sostenidos.

Pablo Sibilla puso el foco en la infraestructura logística, particularmente en la recuperación del tren para exportar vehículos desde Córdoba, lo que reduciría costos y mejoraría el acceso a los puertos. Marcellus Puig, por su parte, destacó la importancia de una política industrial de largo plazo, con reglas claras e incentivos sostenidos como los programas Inovar Auto o Rota 2030 de Brasil.

Daniel Herrero fue claro: “La competitividad no es un problema sólo de las terminales. Es una estrategia compartida. Necesitamos orden en lo urgente, pero también transformación en lo estructural”.

Inversiones que marcan el rumbo

A pesar de los desafíos, las automotrices siguen apostando por el país con inversiones millonarias:

  • Renault invertirá US$ 350 millones en el desarrollo de una pickup mediana, proyecto que transformará la fábrica de Santa Isabel en un hub de vehículos utilitarios para exportación.

  • Volkswagen destinará US$ 580 millones para una nueva Amarok en Pacheco, con lanzamiento en 2027 y fuerte orientación exportadora.

  • Iveco lanzó motores a gas para exportación desde Córdoba, aprovechando el potencial de Vaca Muerta y la tendencia hacia energías más limpias.

  • Stellantis desarrolló un hub de pickups con la Fiat Titano y tiene planes de nuevos modelos y producción de motores.

Exportación como eje estratégico

La exportación aparece como la única vía sostenible para que las terminales argentinas mantengan su escala y competitividad. Sin embargo, las trabas estructurales persisten: retenciones, carga fiscal, falta de acuerdos comerciales y ausencia de estrategia nacional.

“La industria automotriz argentina exporta con una carga impositiva del 13 al 16%, mientras que México lo hace con cero. Es muy difícil competir así”, señaló Zuppi. La comparación con Brasil es inevitable: mientras allí se protege y estimula a la industria, en Argentina aún no se ha definido un rumbo.

Exportar no puede ser una odisea”, resumió Herrero. “Necesitamos un país que piense su estrategia productiva como una política de Estado”.

Competencia china: ¿desafío o amenaza?

La llegada masiva de marcas chinas genera preocupación en el sector. “Competimos contra un Estado, no contra una empresa”, alertó Herrero, destacando el nivel de subsidios, escalas y dumping tecnológico que caracteriza a los fabricantes chinos.

Frente a eso, la industria local propone reglas de juego claras y simétricas. “Estamos listos para competir, pero con las mismas condiciones”, remarcaron todos los oradores. El desarrollo de proveedores locales y la previsibilidad regulatoria son fundamentales.

Energías del futuro: un camino incierto, pero inevitable

El panel también abordó la transición energética. Coinciden en que el futuro será multienergético, con coexistencia de tecnologías: gas natural como energía de transición (clave para el transporte de cargas y pasajeros), vehículos eléctricos para la última milla y eventualmente híbridos, hidrógeno y combustibles sintéticos.

“Hoy estamos como cuando tenías casetes, CDs y vinilos al mismo tiempo. Aún no está claro qué tecnología será la dominante”, graficó Sibilla.

Argentina, con gas abundante, mano de obra calificada y una industria con capacidad ociosa, podría ocupar un lugar estratégico si se acelera la inversión en infraestructura y capacitación.

Los empresarios coinciden en que la industria automotriz argentina tiene una oportunidad real de reposicionarse regionalmente. Las inversiones están, la capacidad también. Pero sin un plan estratégico nacional, con incentivos, marco fiscal competitivo y diálogo público-privado sostenido, el riesgo de perder relevancia es concreto.