
Cambio climático y huracanes
No se cree que el cambio climático provoque más tormentas, pero océanos más calientes y el aire más cálido pueden sobrecargar a los huracanes más fuertes, provocando velocidades de viento aún mayores y lluvias más intensas.
Y no hay que olvidar que el cambio climático ya está elevando el nivel del mar. Esto hace que incluso la más pequeña marejada ciclónica adicional sea un potencial desastre.
Aparte de luchar contra el cambio climático reduciendo el uso de combustibles fósiles, los seres humanos no tienen control sobre la fuerza de los huracanes, pero las personas, y en particular los gobiernos, pueden ayudar a hacerlos menos mortíferos.
En 2017, el huracán María mató a unas 3.000 personas en Puerto Rico.
Una investigación de Virginia Tech demostró que las diferencias en la fuerza del huracán y la profundidad de las inundaciones en la isla no dictaban cuánto daño sufría una zona: la vulnerabilidad humana era aún más importante. Por ejemplo, las comunidades más pobres tenían más probabilidades de vivir en zonas más propensas a las inundaciones y con normas de construcción menos estrictas.
Por eso los científicos afirman que no existen las catástrofes verdaderamente “naturales”, y en un mundo que se calienta, estar mejor preparados para estas tormentas será cada vez más importante.
“¿Estás en una zona que podría inundarse por una marejada ciclónica? ¿Está bien construida tu casa? ¿Estás en una isla barrera que podría quedar aislada?
Estas son las preguntas que Holbach aconseja tener en cuenta a quienes viven en la posible trayectoria de un huracán.
“Tienes que saber qué vas a hacer si te quedas sin electricidad durante una semana o más”, dice. “Ten siempre un plan”.





























