Para Melconian, EE.UU evitó el colapso: “sin el salvataje del Tesoro, Argentina volaba por el aire”

En la tercera edición del Forum Pyme organizado por la Cámara Argentina de la Micro, Pequeña y Mediana Empresa (MPM), Carlos Melconian analizó la actualidad económica y política bajo la administración del presidente Javier Milei. El economista destacó cuatro logros iniciales del Gobierno, pero alertó que los problemas estructurales “siguen exactamente en el mismo lugar” y que 2026 será un año de definiciones para el rumbo del país y para la supervivencia política del propio mandatario.

El Gobierno sorteó la herencia, logró superávit fiscal, desinfló la economía con una inflación anualizada cercana al 30% y logró un rebote en la actividad. Está bien. Pero eso no resuelve lo más importante”, afirmó Melconian ante un auditorio colmado. “El mercado de cambios no existe, las reservas están igual de negativas que cuando empezó, el riesgo país sigue volando y la tasa de interés es un desparramo”, enumeró.

Para Melconian, Milei transita una etapa crítica en el plano político. “Tiene gobernabilidad popular, producto de su triunfo electoral. Eso dura un rato. Necesita construir gobernabilidad institucional”, señaló. Según explicó, el primer test será el presupuesto 2026, donde el Gobierno deberá demostrar capacidad de negociación en un Congreso donde no posee mayorías.

Además, advirtió sobre la ausencia de una oposición nítida: “Cuando no hay rival político claro, aparece el lío interno. El oficialismo necesita una oposición ordenada para mantenerse cohesionado”.

Sobre el estilo del presidente, lo definió como “un mandatario atípico que pateó el hormiguero”, pero remarcó que la obsesión por la economía deja grandes áreas del Estado en segundo plano: “Educación, salud, defensa… están totalmente afuera de la agenda”.

Las cuentas que no cierran

El economista detalló los desequilibrios que considera nodales. En el frente cambiario, lo calificó como “el problema número uno”. Explicó que en 2025 ingresaron unos US$31.000 millones por comercio exterior y oferta privada, pero la demanda de personas físicas se llevó US$30.000 millones. “La salida de dólares fue más grande que en la época de Macri. Y eso que hubo un rulo de nueve mil millones que tardaron seis meses en desarmar”, sostuvo.

A su juicio, el tipo de cambio actual es insostenible. “Con historia en la mano, el dólar sin cepo siempre promedió unos $1.350; con cepo, $2.000. El dólar de equilibrio para un esquema sostenible es $1.500–$2.000. Abajo de eso, no cierra”.

Melconian presentó un esquema para 2026 donde el superávit fiscal se utiliza para comprar los dólares necesarios para pagar intereses de deuda, mientras el superávit comercial abastece al Tesoro. “Ese es el único camino genuino para bajar el riesgo país”, subrayó. Rechazó la idea de un préstamo de US$20.000 millones: “Eso no va a ocurrir, porque no hay garantías para ofrecer”.

El salvataje estadounidense que evitó un colapso

Uno de los puntos más llamativos de la exposición fue su explicación sobre el apoyo del Tesoro de Estados Unidos. Según Melconian, los US$3.000 millones enviados desde Washington fueron determinantes para evitar una crisis severa entre septiembre y octubre.

Fue una intervención directa, inédita. No fue swap, no fue un mega rescate. Fueron tres lucas. Alcanzó para evitar un golpe en seco”, detalló. Y advirtió que ese respaldo debe mantenerse “pasivo”: “Si Estados Unidos empieza a actuar de manera activa todo el tiempo, significa que seguimos en problemas”.

Tasa, crédito y la economía real

Melconian cuestionó la licuación sufrida por los depositantes tras la baja de tasas. “No fue motosierra: fue licuadora. A los que tenían pesos les pasaron por arriba para acomodar el balance del Banco Central”, dijo. Para recrear el ahorro en moneda local, insistió en que la tasa debe volver a ser positiva en términos reales.

El economista señaló que el sistema financiero argentino tiene espacio para crecer hasta US$30.000 millones si vuelve la confianza: “Tenemos mucho menos circulante y depósitos que en los máximos de 2013-2015. Hay margen enorme para recrear crédito”.

Respecto de la actividad, advirtió que el rebote actual es heterogéneo: “Minería y petróleo están arriba; construcción, industria y consumo masivo siguen hundidos. La gente percibe esa desigualdad”.

Reformas: necesarias, pero subordinadas a la macro

Melconian remarcó que las reformas laboral, fiscal y previsional sólo tendrán impacto si antes se estabiliza la macro.

Reforma laboral: “La madre del problema es la justicia laboral y las sentencias infladas. Lo demás es secundario”, afirmó. También mencionó un cambio estructural: ocho millones de trabajadores informales, muchos jóvenes que “eligen esa modalidad y no buscan la formalidad”.

Reforma tributaria: No hay margen. “Los impuestos que se quieren eliminar suman $25 billones. El superávit es $15. Sacás esos tributos y quedás con un agujero de $10 billones”.

2026: reelección o síndrome del tercer año

De cara al futuro, Melconian definió el año 2026 como un “momento bisagra”. El escenario optimista es que el Gobierno logre equilibrar el mercado de cambios, estabilizar la deuda, normalizar tasas y reactivar el crédito. “Si eso pasa, Milei puede ser protagonista central y tener chances reales de reelección”, señaló.

El escenario pesimista se resume en un diagnóstico conocido: “Si la macro no se ordena, aparece el síndrome del tercer año. Lo vimos con Cristina, con Macri, con Alberto. Es cuando el gobierno se estanca y el sistema político empieza a discutir quién lo reemplaza”.

Melconian cerró su intervención con un mensaje directo: “Si no resolvemos la macro, no hay reforma laboral, fiscal o previsional que alcance. Y sin un mapa político reconstruido, no hay expectativas de largo plazo para nadie: ni para el Gobierno, ni para las empresas, ni para las personas”.