Para descubrir: la caverna de la energía

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Para descubrir: la caverna de la energía

Una nueva propuesta para hacer «turismo científico». Desde la Universidad Nacional de Córdoba y el gobierno provincial proponen conocer la usina construida en el río Ctalamochita.

A través del Centro de Investigaciones en Ciencias de la Tierra, la unidad ejecutora del Conicet y la Universidad Nacional de Córdoba, arribamos a su reciente propuesta denominada «Tres historias cordobesas».

Enmarcadas en el contexto del «turismo científico», conocemos la segunda de ellas.

Ahora, el doctor en Astronomía Guillermo Goldes nos describe «La Caverna de la Energía».

«Las grandes obras hidráulicas son parte de la identidad de la provincia de Córdoba. Han pasado 130 años desde que se erigió el primer gran hito: el emblemático dique San Roque original. Y en las décadas de 1940 y 1950, los diques se multiplicaron por la zona serrana.

Los propósitos de esas enormes estructuras, que cambiaron para siempre el paisaje cordobés, son múltiples: acumular agua dulce durante los veranos para nuestros secos inviernos, controlar crecientes, contar con reservorios que aseguren la provisión constante de agua potable y para riego. Pero también, generar energía eléctrica en base a la potencia del agua.

No son propiamente los diques los que generan energía: son las usinas, que necesitan de los diques para contar con un suministro constante de agua. En este viaje recorremos la principal Ruta de la Energía de la provinica de Córdoba: la de la cuenca del Río Ctalamochita o Tercero, el más caudaloso de nuestro territorio.

No lo hacemos solos, sino en compañía del ingeniero Javier Martín y la geóloga Giselle Carino. Con sus diálogos, nos relatan con claridad los detalles de esa ruta, circulando en contra de la corriente del río. Todo queda registrado en este documental producido desde la Universidad Nacional de Córdoba con el apoyo del Ministerio de Ciencia y Tecnología de la Provincia.

De esa forma, comenzamos conociendo características de Piedras Moras, en Almafuerte, el último embalse sobre este río, con su pequeña usina a los pies mismo del paredón. Luego visitamos Tercera Usina y Segunda Usina, quizás los puntos menos conocidos de este recorrido. Para finalmente llegar al diamante del sistema de generación instalado sobre el río Ctalamochita: el Complejo Río Grande.

Es operado por EPEC, como todas las usinas de generación de la Provincia. Y allí, pasamos un largo rato, porque el lugar lo merece.

Al pie de la gran presa de Cerro Pelado, ingresamos en una camioneta de EPEC a un largo túnel excavado en la roca. Ese descenso es un interesantísimo paseo en sí mismo. Luego de casi dos kilómetros, llegamos al ingreso a la Central en Caverna. Al entrar al reciento mayor, nos falta el aliento. Estamos a 180 metros de profundidad bajo la roca que contiene las aguas del embalse. La enorme sala impresiona por tamaño y construcción. Y por el estruendo de las turbinas.

Los técnicos que operan esa maravilla tecnológica, erigida en la década de 1980, nos cuentan acerca de su funcionamiento, sus características, su construcción, la vida cotidiana en lo profundo de la montaña. La central recibe aguas del embalse Cerro Pelado. Funcionando a pleno, es el generador de mayor potencia de la provincia, más aún que la Central Nuclear de Embalse.

El agua es luego vertida en otro embalse, llamado Arroyo Corto. Eso pasa durante el día. Durante la noche, como suelo suceder, ocurre lo más interesante: la central se invierte y vuelve a elevar agua desde el embalse inferior, al superior, aprovechando la energía que sobra durante la noche debido a la baja demanda en la red eléctrica. Se transforma en una colosal bomba de agua.

Es un mostruoso vaivén de agua que permite aprovechar al máximo la energía, y que se repite día a día. Los expertos nos lo cuentan. Escuchamos sus historias. Y ahora las compartimos».