En medio de la crisis local, ¿cómo juega el contexto financiero global?

 

Los economistas Jorge Vasconcelos y Maximiliano Gutiérrez del Ieral de Fundación Mediterránea se propusieron analizar cómo se están moviendo las variables financieras globales, principalmente las que se mueven en EEUU y en Brasil, el principal socio regional. A partir de allí despliegan los posibles impactos en la economía doméstica.

En un informe resaltan que en lo que va de abril se ha observado un marcado deterioro de las condiciones financieras globales, por datos de inflación en los Estados Unidos y por la fortaleza que exhibe el mercado laboral, factores que hacen presumir que el ciclo de aflojamiento de la política monetaria de la Reserva Federal se habrá de demorar: en palabras de Jerome Powell presidente de la Reserva Federal «la FED puede mantener las tasas estables tanto tiempo como sea necesario, […] es apropiado dar más tiempo a la política restrictiva para que funcione».

Y sostienen que la primera baja de la tasa del FED ahora se proyecta a setiembre, aunque sin garantías. La «fuga a la calidad» está fortaleciendo el dólar frente al resto de divisas, con un aumento del 4,6% del «Dollar Index» en lo que va del 2024, fenómeno que parece destinado a perdurar, con el consiguiente debilitamiento de las monedas de socios comerciales de la Argentina, significativo en el caso de Brasil.

“En el vecino país, además, se conjuga una política impulsada por el gobierno de Lula que remueve las anclas fiscales establecidas en 2017 bajo el gobierno de Temer, que tan buen resultado habían logrado en términos de ampliación del horizonte, de aplacamiento de las expectativas de inflación y descenso sostenido de la tasa de interés. En cambio, en el presente, Brasil convive con una tasa de interés de referencia (SELIC) de dos dígitos (10,75 %), con el riesgo que permanezca en ese andarivel por bastante tiempo más, afectando el nivel de actividad, luego de varios años de crecimiento sostenido”, afirman.

En ese sentido, definen: “Un freno en la variación del PIB de Brasil sería una mala noticia para la trayectoria de las exportaciones de la Argentina hacia el vecino del Mercosur, más en un contexto en el que la paridad real/peso comienza a afectar la competitividad de los bienes y servicios del país, tras una breve pausa impuesta por la devaluación de diciembre”.

Los analistas recuerdan que la participación de los productos «made in Argentina» en las importaciones totales de Brasil registra una marcada tendencia descendente desde que en nuestro país comenzaran a aplicarse los cepos al cambio y al comercio exterior. De un «market share» de 7,3 % en 2012, la Argentina ha pasado a capturar sólo el 4,6 % de las compras al exterior de Brasil, de acuerdo a los últimos datos.

Yendo al plano doméstico sostienen que dependiendo de la extensión y profundidad de las turbulencias globales, este nuevo escenario puede llevar al gobierno a hacer más lenta la tarea de terminar de desmontar los cepos al mercado cambiario y al comercio exterior.

“Asimismo, las turbulencias hacen más evidente la importancia de anclar las expectativas en base al instrumento del superávit fiscal, pero a su vez hacen más urgente la aprobación de las leyes presentadas al Congreso y un acuerdo firme entre Nación y provincias para el ordenamiento de gastos y recursos en la dimensión federal. En este sentido, la aprobación de la Ley de Bases en el Congreso podría aportar recursos coparticipables por unos 0,8 puntos del PIB que, en el caso del Tesoro nacional, pueden servir para compensar el deterioro en términos relativos que podría comenzar a experimentar la recaudación del Impuesto País”, destacan.